En mayo de 2023, la Agencia Espacial Europea (ESA) llevó a cabo un experimento denominado «A Sign in Space» con el objetivo de simular la recepción de una señal de una civilización extraterrestre.

Para ello, la sonda ExoMars Trace Gas Orbiter (TGO), en órbita alrededor de Marte, transmitió una señal codificada hacia la Tierra. Esta señal fue interceptada por tres radiotelescopios: el Observatorio de Green Bank y el Allen Telescope Array en Estados Unidos, y el radiotelescopio de Medicina en Italia.

Proceso de decodificación:

• Participación global: Más de 5.000 científicos y entusiastas de todo el mundo se unieron al desafío de descifrar la señal. En tan solo diez días, lograron extraer el mensaje de los datos brutos de la señal de radio.
• Descifrado del mensaje: Ken y Keli Chaffin, un equipo de padre e hija de Seattle, Estados Unidos, dedicaron más de un año al análisis de la señal. Utilizaron autómatas celulares y técnicas de procesamiento de señales para identificar patrones repetitivos y descifrar el contenido. El mensaje resultó ser una imagen que mostraba cinco aminoácidos representados en notación molecular orgánica, acompañados de puntos individuales que aparecían entre los grupos y los diagramas moleculares.

Objetivos del experimento:

El proyecto «A Sign in Space» buscaba explorar cómo la humanidad reaccionaría y procesaría una señal proveniente de una inteligencia extraterrestre. La iniciativa combinó ciencia, arte y participación ciudadana para simular una experiencia transformadora para la humanidad.

Implicaciones y aprendizajes:

Este experimento destacó la importancia de la colaboración interdisciplinaria y la participación pública en la búsqueda de inteligencia extraterrestre. Además, subrayó los desafíos técnicos y cognitivos asociados con la interpretación de mensajes de origen desconocido. La experiencia adquirida podría ser invaluable en futuros esfuerzos reales de comunicación con civilizaciones extraterrestres. El Confidencial

En resumen, la decodificación de la señal transmitida por la ESA en 2023 no solo demostró la capacidad de la comunidad científica y del público para trabajar en conjunto ante desafíos complejos, sino que también proporcionó una valiosa perspectiva sobre cómo podríamos abordar una comunicación real con inteligencias extraterrestres en el futuro.