Esta puerta se suma a las cuatro tradicionales Puertas Santas que los peregrinos pueden atravesar durante el Ao Santo para obtener la indulgencia, el perdn de los pecados.
Dentro de una prisin, sin poder salir, hay puertas que abren el corazn. Ha sido el mensaje del Papa Francisco quien, este jueves, ha abierto la segunda Puerta Santa del Jubileo, una de las que los peregrinos podrn atravesar este Ao Santo para obtener la indulgencia. A primera hora de la maana, el Santo Padre atraves el acceso a la iglesia de la crcel romana de Rebibbia, de las ms importantes de Italia. Justo antes de entrar, el Pontfice subray que la primera Puerta Santa la abri en Navidad «en San Pedro», pero que la segunda es en una «crcel». Porque quiere que «todos» -tanto los que estn «dentro» como los que estn «fuera»- «tengamos la posibilidad de abrir, de par en par, las puertas del corazn». Tras estas palabras tuvo la fuerza de ponerse de pie y, tras llamar a la puerta con los nudillos, cruz el umbral.
«Es un gesto muy bonito abrir las puertas, de par en par», porque significa «abrir los corazones», pronunci Francisco en la homila. Jorge Mario Bergoglio, de hecho, ha subrayado en varias ocasiones la importancia de mantener los «corazones abiertos», porque es aquello que permite la «hermandad» entre los seres humanos: «Los corazones cerrados y duros, como piedras, olvidan la ternura. No ayudan a vivir». Por eso, para el Santo Padre, la solucin es mantener el «corazn siempre abierto», donde «hemos abierto esta Puerta Santa» de Rebibbia, como una «seal», para «la puerta de nuestro corazn».
Los conceptos de corazn, apertura y esperanza son determinantes, estos das, en los discursos del Papa Francisco. El Jubileo recin inaugurado, de hecho, tiene como lema precisamente Peregrinos de la Esperanza: «Hay que abrir los corazones a la esperanza», pronunci en la maana de este jueves el Papa dentro de la prisin romana de Rebibbia, «porque la esperanza no decepciona nunca!», repiti varias veces el Santo Padre, porque «siempre hay algo bueno para ir hacia adelante». Al final de la homila, dese a las presas y presos «un gran Jubileo y mucha paz»; admitiendo que reza por ellos «todos los das» y «no como una forma de hablar». Y pidiendo, como siempre, que ellos tambin recen por l.
Al acabar la misa, Jorge Mario Bergoglio salud a muchos de los presentes dentro de la iglesia, aproximadamente unas 300 personas. El Papa Francisco salud con especial cario a las presas y presos de la crcel que, atendiendo a las crnicas de los principales medios italianos en los ltimos das, llevaban muchos das emocionados ante la llegada y permanencia del Santo Padre.
Al salir, el Pontfice argentino, intercambiando algunas palabras con los periodistas que le esperaban fuera, asegur que el hecho de estar este jueves en Rebibbia, una de las crceles ms importantes de Italia, era «muy importante» desde el punto de vista simblico, porque muchos de los detenidos, en realidad, son slo «peces pequeos». Porque los «peces gordos», asegur el Papa Francisco, tienen la capacidad y por tanto la posibilidad de permanecer «fuera». Desde luego no vivirn la experiencia, aunque sea por un da, de estar dentro de una prisin. Convertida en baslica.
Source: www.elmundo.es