Lily-Rose Depp: «Me interesa la oscuridad, es mucho más interesante. Soy más de llorar que de reír»

La actriz, hija de Johnny Depp y Vanessa Paradis, protagoniza ‘Nosferatu’, la nueva adaptacin del clsico de Murnau a cargo de Robert Eggers

Cuenta Lily-Rose Depp, de los Depp de toda la vida, que uno de los asuntos que ms trabajo le dio durante el rodaje de Nosferatu fue el cors de poca. No en balde, volver a un cors es siempre una fatiga. Desde que Elizabeth Stuart Phelps Ward anim a las mujeres del mundo a quemarlos a finales del siglo XIX (Haced una hoguera con los hierros crueles que han controlado vuestro trax y abdomen durante tantos aos), la sola mencin de su nombre ofende primero y corta la respiracin despus. En el ms literal y metafrico (las dos cosas) de los sentidos. Por lo visto, dice al otro lado del zoom Lily-Rose, en aquella poca se crea que si una mujer mostraba signos de histeria o locura, por as decirlo, podra ser porque su tero hubiera quedado flotando libre por todo su cuerpo. As que ataban el cors todo lo fuerte que podan para mantener el tero en su sitio, donde se supona que deba estar. Una verdadera locura. Pausa. Ensayamos mucho con el cors porque cambia todo completamente. Transforma cmo te sientes, cmo te mueves y, sobre todo, cmo respiras. Si ests pasando por un momento de pnico, que es de lo que se trata en esta pelcula, no puedes tomar aliento y eso te hace sentir diez veces ms pnico… Cumple su funcin sin duda, aade.

Lo apenas descrito es solo una de las dificultades a las que se ha tenido que enfrentar la actriz de 25 aos hija de Johnny Depp y Vanessa Paradis en el que se puede considerar desde ya el papel de su vida en una carrera an incipiente. La estrella de la serie que tanto dio que hablar Idol es ahora la mtica Ellen; es decir, la novia del monstruo en la nueva versin de Nosferatu a cargo de Robert Eggers. Aunque en realidad, lo correcto sera decir que el monstruo es ella. El director de La bruja, El faro y El hombre del norte adapta con una pulcritud desusada y hasta obsesiva la cinta clsica que F.W. Murnau rodara en 1922 y que Wener Herzog rehiciera de la mano de Klaus Kinsky e Isabelle Adjani en 1979. Bsicamente, la pelcula que se estrena ahora sigue punto por punto no solo la historia sino el alma misma de la cinta original. La atmsfera se espesa, los gestos se contraen cerca de la angustia y aquel pnico de preguerra se encarna ahora en cada uno de los infinitos miedos diminutos pospandmicos. Solo una variacin notable. Ahora, todo gira en torno a ella, a su respiracin entrecortada por el cors y a sus ojos en blanco.

No me atrevera a decir que se trate de una versin feminista ni nada parecido. Pero algo hay en la intencin de dar ms protagonismo a Ellen. No se trata solo de ofrecer otro punto de vista ms inclusivo, por as decirlo. Lo relevante es profundizar en la historia, y para conseguirlo, ella es imprescindible, comenta sin comprometerse ms de la cuenta Lily-Rose y (tras un cambio radical en el tema de conversacin) pasa a hablar de la disciplina de danza japonesa en la que dice haberse inspirado para la composicin del personaje como un captulo ms junto al del cors en las dificultades asumidas para el papel. Y habla, no queda claro por qu, de la tcnica llamada butoh. La idea era alcanzar un estado de abandono total del yo. Se trataba de que otro espritu se apoderara de tu cuerpo. Cuando ves imgenes de esta danza, ves a los implicados con la mirada perdida. Parece que no estn ah. Adems de en esta tcnica, trabaj con una entrenadora de movimiento….

Lo cierto es que la pelcula brilla en su rechazo frontal de los efectos digitales. Bien por el o la butoh. Hay algo artesanal, casi primitivo, tanto en la composicin pictrica veermeriana de cada uno de los planos ideados por Eggers como en la interpretacin fsica, torturada y fuera de s de su protagonista. Con el tiempo, he descubierto que me interesa la oscuridad. Pienso en este papel y en Idol, y tengo una tendencia a los personajes oscuros. Definitivamente, soy ms de llorar que de rer, dice como si se tratara de lo ms cerca de una confesin personal de la que es capaz. Y qu le da miedo a Lily- Rose, hija de artistas y paradigma de eso que la modernidad ha dado en llamar nepo babies? No lo s realmente. Willem Dafoe [que da vida a un emulo de Van Helsing en la cinta] habla de que las redes sociales, por ejemplo, son los vampiros de nuestro tiempo. Y confieso que me gusta esa idea. Yo apenas uso Instagram y procuro mantenerme alejada de Twitter y de todo eso… Intento protegerme y mantener la cordura, dice, se toma un segundo y aade: Por otro lado, y por ser hija de quien soy, siempre he tenido que demostrarme a m misma que no soy un fraude. Eso me ha hecho querer trabajar ms duro para demostrar a los dems que estn equivocados. Queda claro.

Sea como sea, el mito sigue intacto y el personaje del vampiro del que ella es deseo, aspiracin y hasta razn de vivir, contina entre nosotros. El conde Drcula [no olvidemos que Murnau fue acusado de plagio por los familiares de Bram Stoker y condenado a destruir todas las copias de su pelcula. Lo que, claro est, no sucedi] igual es un falcrata decadente que habita un castillo y oprime por igual a mujeres y siervos, que la encarnacin de la posmodernidad libertaria siempre refinado, culto (hipnotiza, pero se deja hipnotizar por el arte como posibilidad de eternidad) y exquisito. Pero tambin es el eterno adolescente, ni vivo ni muerto, ni joven ni viejo, y siempre incapaz de dominar sus deseos que son tambin sus hormonas (en ello hace pie la saga Crepsculo). Y as, as de libre e individual, es en cualesquiera de sus encarnaciones cinematogrficas desde la de los citados Murnau y Herzog a Jarmusch pasando por Browning, Polanski, Coppola, Ferrara, Carpenter, Burton, Bigelow, Moffat o Zulueta, nuestro Ivn Zulueta. Y as es desde Bla Lugosi a Robert Pattinson sin demrito de Christopher Lee, Isabelle Adjani, Catherine Deneuve, David Bowie, Tom Cruise o Tilda Swinton. O Lily-Rose Depp, de los Depp de toda la vida, con o sin cors.