(CNN) – El presidente electo Donald Trump parece decidido a iniciar una guerra comercial simultánea con los tres principales socios comerciales de Estados Unidos: México, China y Canadá.
Esas tres naciones por sí solas representaron más del 40% del valor total de todos los bienes que Estados Unidos importó el año pasado, según datos comerciales federales.
En el mundo ideal de Trump, estos aranceles más altos impulsarían directamente la fabricación nacional, ya que las empresas estadounidenses podrían evitar por completo los aranceles. Para incentivar aún más a las empresas a trasladar la producción a EE.UU., Trump también ha ofrecido
Pero es probable que nada de eso cause un cambio significativo en la producción nacional, dijo Daniel Anthony, director general de Trade Partnership Worldwide, un grupo de investigación económica. Cuando Trump impuso aranceles más altos a los bienes chinos en su primer mandato, “muy poca producción volvió a Estados Unidos”, detalló.
Estos son los países que probablemente sean considerados por las empresas que buscan reubicar su manufactura.
Sin embargo, si muchas empresas tienen la misma idea de mudarse a Vietnam más o menos al mismo tiempo, podría volverse complicado. “Te enfrentas a algunas limitaciones de capacidad bastante rápido”, dijo Anthony. No solo eso, sino que podría volverse más caro producir allí a medida que los proveedores respondan al aumento de la demanda elevando los precios, agregó.
De manera similar, Japón y Corea del Sur, también gigantes en la fabricación de automóviles, podrían aumentar la producción, dijo.
Además de Vietnam, es probable que los estadounidenses vean más prendas y zapatos provenientes de Indonesia, Bangladesh y Camboya si hay una nueva guerra comercial entre tres partes, dijo Anthony. Los datos comerciales federales muestran que EE.UU. ha estado importando cada vez más ropa y zapatos de estas cuatro naciones en los últimos años.
Corea del Sur y Japón también tienen ventajas de divisas; tanto el won como el yen se han debilitado significativamente en el último año respecto al dólar estadounidense, lo que hace que sea más barato para los estadounidenses comprar bienes de allí.
Las empresas también podrían seguir el ejemplo de Apple. El fabricante del iPhone recientemente trasladó parte de su producción a la India.
Esa opción parece menos probable, dijo Setser, porque la mayoría de la fabricación india está configurada para satisfacer la demanda del país más poblado del mundo: India. Sin embargo, la manufactura electrónica en otros países del sudeste asiático está configurada para satisfacer la demanda global.
Muchas empresas pueden tener contratos vigentes para fabricar bienes en un lugar concreto durante un periodo de tiempo determinado.
Un ejemplo: incluso después de que Trump comenzara a imponer aranceles más altos a las importaciones chinas en 2018, muchos de los cuales el presidente Joe Biden mantuvo, EE.UU. no dejó de importar bienes de China por completo; solo dejó de importar tanto como lo había estado haciendo.
Por ejemplo, en 2017, antes de que entraran en vigor los aranceles, el 60% de todos los equipos informáticos que EE.UU. ingresaba procedían de China, según datos federales de comercio. El año pasado, China representó solo el 39% de todos los equipos informáticos que importó Estados Unidos.
En total, EE.UU. importó productos chinos por valor de US$ 500.000 millones en 2017, lo que supone el 22% de todas las importaciones estadounidenses. El año pasado, sin embargo, EE.UU. introdujo de China bienes por valor de US$ 427.000 millones, lo que supuso solo el 14% del total de las importaciones estadounidenses.
“Hay preguntas más importantes sobre salir de China. Y lo difícil de este país se debe a que tiene muchísima capacidad de producción y es muy barata”.
Source: cnnespanol.cnn.com