El Real Madrid se entona ante el Alba Berlín

, de mal digerir las bajas de Yabusuele y Poirier, además de los adioses de Sergio Rodríguez y Rudy Fernández por cuestión de arrugas, el Madrid , todavía con tiempo para explicar que es uno de los mandamases del baloncesto europeo. Superó la semana pasada a los líderes París y Mónaco, y este jueves, a remolque de un Llull de dulce -20 puntos y cinco triples-, derrocó con facilidad al Alba Berlín para sumar tantos triunfos como derrotas en Europa (9), para atornillarse en el ecuador de la tabla y al fin mirar hacia arriba, hacia el o el , hacia donde su heráldica y baloncesto le exige. Próxima parada, encuadrado en la ACB,

No era un partido cualquiera para Llull, que igualó el récord de encuentros en la competición (425) sellado por el norteamericano Kyle Hines -destacó, sobre todo en el CSKA Moscú y Milano-, ya retirado. Para festejarlo, recordó a todos que tiene un talento sobrenatural, que donde pone el ojo pone la bola -por eso es el que más triples tiene también en la historia de la Euroliga (661)-, toda vez que fusiló al Alba desde la periferia. va y viene, incluso uno a lo Stephen Curry -mirar al banquillo al soltar la pelota sin esperar a que ésta quedara abrigada por la red del aro-, demasié para el conjunto alemán, un chisgarabís en la temporada para desánimo de su técnico, el español Israel González, ya que también pena en su competición doméstica, decimocuarto de 17 contendientes. Y aunque el Madrid se echó una siesta antes del entreacto porque encajó ocho puntos de carrerilla, los brotes verdes de Hugo González aderezaron el resultado (34-45) y derivaron en un Madrid con sonrisa,

Pretendió Schneider negar la mayor al regreso del vestuario con una canasta de tres y otra a la media vuelta, pero Campazzo, Deck y Hezonja supieron mantener las distancias, noche de triples, 13 para los blancos. Pero mantener no es erosionar ni doblegar, por lo que no ponían tierra de por medio y cuando la defensa perdió intensidad y decibelios, el Alba entró en el partido con los lanzamientos de media distancia con Hermannsson y Spagnolo al frente. Cosa que, de nuevo, Llull puso en duda con su dirección, asistencias que eran caramelos, bandejas sin fallo. 51-61 a falta del último capítulo.

Sucedió entonces que el Madrid perdió por unos minutos el colmillo, incapaz de decir la suya en la botella y permisivo ante el juego interior rival, barbecho para un Alba que entendió que no era el día del triple metió 3 de 22 y fue capaz de reducir la distancia de 17 a siete. Con la alarma sonando, sin embargo,y que nadie se lo iba a estropear, otro triple y una penetración a canasta, los puntos sobre las íes y el triunfo blanco. El aliño lo puso Hezonja, de nuevo demoledor en los últimos compases del epílogo. Pero esa es otra historia y la del duelo ante el Alba Berlín era únicamente de Llull.

15-28; 19-17; 17-16; y 18-19.

Ilija Belosevic (Serbia), Borys Ryzhyk (Ucrania) y Tomasz Trawicki (Polonia). Sin eliminaciones.

Uber Arena. Unos 9.500 espectadores.

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.