Israel da miedo

Si alguien tuvo alguna duda sobre las capacidades del ejército y del espionaje de Israel, el balance del año que termina las ha disipado. Su Gobierno se enfrentaba a dos tareas ante el devastador ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023: destruir la capacidad ofensiva de la organización terrorista y restaurar la credibilidad de su disuasión. Ambos objetivos han quedado colmados e incluso desbordados en los primeros meses de la ofensiva sobre Gaza y luego en Líbano, mediante bombardeos selectivos y que hizo explosionar los buscas de centenares de sus cuadros militares.

Las dos milicias vecinas de Gaza y Líbano han quedado muy tocadas tras el asesinato de sus líderes, la merma brutal de sus filas y la destrucción de sus arsenales. No habrá lanzamiento de misiles ni ataques terrestres desde ambos territorios durante mucho tiempo, quizás nunca más. Israel ha destruido el sistema antiaéreo de Irán y acaba de asestar un severo golpe a la nueva Siria, que no dispondrá de armamento pesado, blindados, ni flota naval y aérea tras su destrucción en los mismos días en que caía el régimen de El Asad.

Quebrado el arco chií que llegaba hasta la frontera israelí, se halla en su nadir histórico, al igual que el régimen de los ayatolás. Lo prueba la profunda infiltración de los servicios secretos israelíes en las milicias y en el aparato del Estado, cuya más humillante expresión fue invitado del Gobierno a la toma de posesión del nuevo presidente, Quedan solo los cohetes que normalmente de fácil intercepción por la Cúpula de Hierro, el mismo sistema antimisiles que ha servido para neutralizar los ataques masivos desde Irán.

Su ejército que deberá desalojar a finales de enero según la tregua pactada con Hezbolá, aunque se ha reservado la libertad de acción militar ante eventuales vulneraciones del alto el fuego. Y desde la caída del régimen alauí en Siria, ocupa el territorio fronterizo del Golán hasta ahora desmilitarizado, donde La más insidiosa de las expansiones es la que se ha producido en el último año y medio en Cisjordania por parte de los colonos. Como en Gaza, la ultraderecha teocrática pretende reducir al mínimo la presencia árabe, puesto que identifica este territorio palestino con Judea y Samaria, legadas por Yahvé al pueblo judío, según la Biblia.

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