El ensayo salta de las ideas de Adam Smith y John Locke al concepto de lo sublime, de modo parecido al que en la conversación pasa de la agricultura neolítica a la creación de los parques Nacionales en Estados Unidos y el movimiento climático juvenil que pareció capaz de cambiar las cosas justo antes de la pandemia. “Nuestra mayor arrogancia ha sido pensar que podíamos tener secuestrada durante tanto tiempo el agua del planeta para cubrir las necesidades de una sola especie, la nuestra, que representa menos del 1% de la biomasa, pero emplea el 25% del agua; pronto más del 40%. Como consecuencia del calentamiento global provocado por los combustibles fósiles, los estudios auguran que la gran mayoría de las presas colapsará, ya sea por inundaciones o sequías, para 2050. Y nadie
¿Por dónde sugiere que abordemos ese problema?
¿No concede demasiado poder a las palabras?
¿Qué opina de los de fundar una civilización en Marte?
Son absurdos. Necesitamos un pacto verde y otro azul para este planeta, que es nuestra responsabilidad. El primero es fundamental; si no eliminas los combustibles fósiles, las sequías, las inundaciones, las olas de calor y los incendios no remitirán. Pero al mismo tiempo es necesario un pacto azul, porque ya nos estamos enfrentando a esos problemas.
¿Son compatibles esos planes con el estilo de vida estadounidense, la pasión por el césped y los campos de golf, incluso en zonas semidesérticas del Sudoeste del país?
Tendrán que serlo, porque las compañías aseguradoras dejarán de cubrir ciertas zonas. FEMA [la agencia que se encarga de la recuperación tras los desastres naturales] lleva años permitiendo la reconstrucción en los mismos lugares. Una y otra vez. Es realmente estúpido. Será el mercado el que nos saque del atolladero climático.
¿Qué pasará con Trump en la Casa Blanca?
O sea que el mercado nos salvará de Trump.
Es el mercado, son los puestos de trabajo. Es la energía solar y eólica, la movilidad con transporte eléctrico, las microrredes de agua, . También la Inteligencia Artificial, aunque ahí tenemos un problema. No hay agua para la IA. Para fabricar un chip de ordenador, se necesitan 30 litros. El año pasado se fabricaron 1,3 billones de chips. Insisto: nos falta el agua.
¿Cómo se convirtió el pacto verde del que usted se erigió en apóstol, en otro frente de la guerra cultural?
Por ciertos intereses. El sector los combustibles fósiles y las tabacaleras hicieron lo mismo en el pasado.
Usted predijo que los combustibles No parece que el poco tiempo que queda vaya a darle la razón.
¿Le vence a veces el pesimismo?
¿En el Mediterráneo?
Así es. España es un actor esencial en el Mediterráneo. Es un país con muchas posibilidades, porque es una nación de regiones, lo que es idóneo para establecer una gobernanza biorregional. Además, ustedes tienen un papel esencial en Europa. Me gustaría que España fuera el primer país que diera un segundo nombre oficial a este planeta como Planeta Agua. Creo que otros países seguirían ese ejemplo. Europa es el continente más amenazado del mundo en la actualidad y el Mediterráneo se está moviendo mucho más rápido, el calor aumenta mucho más, y eso trae más inundaciones, sequías, olas de calor e incendios forestales.
La dana de Valencia sería un ejemplo trágico de eso…
¿La última?
se diría que hacia el hundimiento del mundo. Todos luchan contra todos, como en una última partida. Vivimos en una biosfera global. La única forma en que podemos enfrentarnos al futuro es a través de la gobernanza biorregional. Repito: las inundaciones, las sequías, las olas de calor o los incendios forestales no entienden de fronteras.
¿Y cómo casa eso con el rearmamiento del nacionalismo en todo el mundo y el América Primero de Trump?
Son las últimas bocanadas de un mundo que se muere. La civilización hidráulica urbana está derrumbándose. No podemos seguir viviendo así, secuestrando el agua para nuestros intereses. Esa es mi llamada de atención. Solo espero que alguien la escuche.
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Source: elpais.com