El propio domingo y al día siguiente de las Claudia Sheinbaum, reaccionó a la idea del republicano, planteada en una reunión de la entidad ultraconservadora Turning Point en Phoenix (Arizona) en la que el líder conservador definió a la presidenta mexicana como una “mujer maravillosa”. “Nosotros colaboramos, coordinamos, trabajamos juntos, pero nunca nos vamos a subordinar”, advirtió Sheinbaum. “México es un país libre, soberano, independiente y no aceptamos injerencismo. Es colaboración, es coordinación, pero no es subordinación. Y vamos a ir construyendo la paz”, declaró.
Las principales consecuencias de acabar en esa lista son financieras. Da poderes a las autoridades de frenar los flujos de dinero que atraviesen los bancos estadounidenses, facilita el combate del blanqueo de capitales y, según detalla la web del Departamento de Estado, “aumenta la conciencia pública y el conocimiento de las organizaciones terroristas”, al tiempo que envía una señal “a otros Gobiernos sobre la preocupación [que suscitan] esos grupos”.
La relación de cooperación bilateral en materia de seguridad, muy engrasada en las casi dos décadas que ha durado la guerra contra el narco, se complicó durante el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, líder carismático con un discurso teñido de nacionalismo mexicano. El exmandatario criticaba la unilateralidad con la que Estados Unidos combatía en acciones puntuales al narco. Uno de los sucesos que más tensaron la relación diplomática fue la captura en 2020 del general Salvador Cienfuegos, exsecretario de la Defensa, al que el vecino del norte acusaba de colaborar con el Cártel del H-2, una escisión de la red criminal de los Beltrán Leyva. López Obrador protestó por el hecho de que las agencias estadounidenses no le hubieran comunicado a su Gobierno que estaba en curso una investigación sobre un prominente antiguo funcionario.
La captura el pasado julio de Ismael El Mayo Zambada en una operación secreta en la que el histórico capo fue secuestrado y trasladado a Texas a bordo de un avión añadió más pólvora a las tensiones diplomáticas. López Obrador y Sheinbaum han sostenido que esa maniobra —también unilateral— es el origen de la guerra total desatada en Sinaloa entre Los Chapitos y Los Mayos. La información en torno a la captura que ha salido a la luz apunta a una traición de los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán y a negociaciones con Washington, todo ello a espaldas del Gobierno mexicano.
La Administración de Sheinbaum , con Omar García Harfuch, el secretario de Seguridad y uno de los hombres fuertes de la presidenta, a la cabeza de la estrategia. Sheinbaum ha respondido a las amenazas de Trump desde el discurso político y con la eficacia de los hechos. Además de defender que México no entrará en una relación de subordinación con Estados Unidos, las autoridades han confiscado este mes en Sinaloa el mayor cargamento de fentanilo de la historia. Esa preocupación contrasta con la manera en la que López Obrador abordó el problema del fentanilo. El expresidente aseguraba que en México no se producía esa droga, y sugería que en realidad ingresaba desde China por las aduanas de Estados Unidos.
El Plan Colombia, que puso en marcha Bill Clinton reforzó las fuerzas de seguridad colombianas con personal militar, equipo y entrenamiento de Estados Unidos. Supuso una inversión de 7.300 millones de dólares, que, si bien puso contra las cuerdas a las guerrillas colombianas, también trajo consigo graves violaciones de los derechos humanos y quedó muy lejos de solucionar el problema del tráfico de drogas.
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Source: elpais.com