La surrealista situación y aparente derrota en el Barcelona ha llegado tras un largo día de trabajo en las oficinas. Este fin de semana Joan Laporta ya trabajó desde Dubái en cerrar el acuerdo con dos inversores, y volvió a la Ciudad Condal para seguir con ello. Hasta este mismo martes se ha estado enviando la documentación pertinente del acuerdo, con una Liga revisando con lupa los escritos para tener la garantía de que estos ingresos llegarían y evitar situaciones como el fracaso de Barça Vision, con recurrentes impagos que dejan una sombra que persigue al fair play. ¿Pero por qué no podría inscribirse si en unos días el Barcelona consigue estos ingresos, aunque haya superado el límite? Lo esclarece el punto cinco del artículo 141 del Reglamento General de la Real Federación Española: “Los/as futbolistas cuya licencia se cancele, no podrán, en el transcurso de la misma temporada, obtener licencia en el mismo equipo del club al que ya estuvieron vinculados”.
Un problema, muy grave, que de momento no se ha solucionado a horas de superar el límite —las 23.59 del día 31—, y que, además, se conocía desde agosto, cuando Olmo fue inscrito en la tercera jornada liguera contra el Rayo Vallecano aprovechando el hueco de lesión de larga duración de Andreas Christensen, pero que solo estaría por media temporada hasta final de año. “No hemos llegado a la fórmula 1:1 porque no hemos querido”, anunció el presidente Joan Laporta en septiembre, asegurando que Olmo se quedó sin jugar los dos primeros partidos porque no hacía falta, ya que “había otras soluciones” y el club no quería forzar el contrato de Nike. Acuerdo en el que confiaban para regularizar su situación y que, a pesar de ser, como ha catalogado en infinidad de situaciones, “el mejor contrato de equipación deportiva de la historia del mundo del fútbol”, no sirvió para alcanzar el 1:1 como confiaban. “No tenemos que sufrir por las inscripciones de Pau Víctor y Dani Olmo”, aseguró, también Laporta, en octubre. Y no solo se ha sufrido, sino que al parecer no se materializarán por el momento.
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El primer y segundo asalto para conseguir la inscripción se disputaron por vía judicial, y terminaron en fracaso para el Barcelona. Primero, ante el Juzgado de lo Mercantil número 10 el pasado viernes 27, y después ante el Juzgado de Primera Instancia número 47 este mismo lunes. Ambos jueces rechazaron la cautelar que pedía el Barcelona por sus jugadores hasta el 30 de junio de 2025. El club azulgrana inició la demanda para invalidar las normas del Fair Play Financiero con el argumento de que la Comisión Delegada no era competente para establecer la Normativa de Elaboración de Presupuestos (NEP), y que debería ser la Asamblea General de LaLiga la encargada. Pero el juez tumbó el frágil argumento tras horas de espera de la sentencia. Desde LaLiga defendieron “la plena competencia de la Comisión Delegada”. “En los más de 12 años de vigencia de las NEPs, dicha competencia no ha sido nunca cuestionada por ningún club, ni siquiera por el FC Barcelona quien además ha participado en la elaboración de dichas normas”, aseguró el organismo presidido por Javier Tebas en un comunicado. Además, desde el club se defendía que la interpretación sobre el artículo 77 que permite utilizar el 80% del salario de un jugador lesionado por larga duración había cambiado. Al principio les aseguraron que con ese margen podrían regularizar la situación de la plantilla, es decir, inscribir a futbolistas como Dani Olmo, y también fichar a Wojciech Szczęsny. Pero ahora, LaLiga lo ha denegado alegando que tan solo un jugador puede ocupar la ficha del portero alemán, y que se ha utilizado el mismo criterio de la normativa que frente al resto de clubes.
Estos últimos meses, el rendimiento de Dani Olmo ha bajado. Pasó de ser uno de los jugadores más efectivos, anotando tres goles en sus primeros tres partidos, a anotar otros tres en 12 encuentros. Olmo aprovechó el parón navideño para viajar a Estados Unidos y despejarse de la situación, pero cuando regresó, aún no estaba inscrito. De hecho, este martes, a primera hora, se entrenaba con el grupo ante el desconcierto y la inquietud de si, tras las uvas, podría continuar inscrito como jugador azulgrana. Con un suspiro para que termine el 2024, LaLiga no ha validado la palanca del Barcelona, que esta vez, de momento, no puede celebrar sobrevivir al presente hipotecando al futuro, y se aboca a la incertidumbre.
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Source: elpais.com