Prevención frente a las amenazas del agua en Países Bajos: de construir diques a dar más espacio a los ríos

Con el 60% de la superficie de Países Bajos susceptible de sufrir inundaciones, y un 26% de la tierra bajo el nivel del mar, el mayor riesgo de crecida en este país tan ligado al agua proviene en estos momentos de los ríos. Un 29% del territorio puede anegarse si se desbordan, y las obras públicas de protección son un ejemplo de la cultura de prevención del riesgo desarrollada por los neerlandeses. Dado el interés nacional del manejo de las aguas, la concienciación de que puede entrañar peligros empieza con los niños, que aprenden a tirarse a la piscina vestidos y con zapatos. Las otras piezas clave son la cooperación y el consenso: entre los servicios de emergencia, autoridades locales y nacionales, empresas y ciudadanos.

Junto con la construcción de canales fluviales, los trabajos para dar más espacio al agua incluyeron a cuatro ríos: Waal, Ijssel, Nederrijn y Lek. Todos ellos están asociados al Rin, y en varias zonas del país se les ha hecho sitio a base de rebajar el lecho para que el cauce lleve más caudal si es preciso. Fueron eliminados obstáculos y en otros tramos se restauraron las llanuras aluviales para que puedan ser inundadas de manera controlada. De ese modo, aumenta la capacidad de descarga sin causar daños. Los diques también fueron renovados mejorando la seguridad de unos cuatro millones de personas. El coste de las obras ascendió a 2.300 millones de euros, según datos del Ministerio de Infraestructura y Gestión del Agua.

Aunque las grandes inundaciones pueden arrastrarlo todo sin que haya capacidad de reacción, y nadar en esas condiciones es imposible, la idea de que el agua puede entrañar peligro se inculca desde la infancia. Hay al menos 41 ciudades en Países Bajos con canales y a ello se suman las aguas interiores, y se trata de que los niños no se asusten si se caen. Para ello, se pone a prueba su capacidad para actuar mojados y vestidos. A partir de los cuatro años, aprenden que el agua es fuente de diversión, pero puede ser también peligrosa, y desde ese momento los monitores tratan de imitar una situación realista: el niño cae al agua y debe tratar de desenvolverse solo en la medida de lo posible.

Desde el punto de vista administrativo, el país está dividido en 25 Regiones de Seguridad que son las encargadas de actuar y de informar a tiempo a la población y que sigan las instrucciones marcadas. A partir de 2025 la alerta oficial será el sistema NL-Alert de notificaciones enviadas al teléfono móvil, el mismo método que tanta polémica ha generado en la dana de Valencia por la tardanza en enviar la alerta. En Países Bajos, estos mensajes llegan ya al 92% de la población y aparecen a su vez en las pantallas de publicidad digital y las que informan sobre viajes de trenes, autobuses, tranvías y metro. Las alertas llegan a través de la difusión celular, “una técnica gratuita y anónima porque no hay que registrarse y tu número permanece desconocido”, según el ministerio de Justicia y Seguridad.

En Valkenburg, la ciudad neerlandesa más afectada por las inundaciones de 2021, todo ocurrió muy deprisa. “No lo esperaban porque había pasado algo parecido hace muchos años, pero no recientemente”, apunta Kok. De todos modos, “no se puede comparar con lo ocurrido en Valencia”. “En Valkenburg ayudaron los bomberos pero el Ejército, que estaba listo, no fue necesario”. El informe elaborado en 2022 por el NIPV subraya “la importancia de una buena cooperación entre los gobiernos locales, regionales y nacionales para brindar información clara y oportuna”.

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.