China se mantiene adicta al tabaco: más de 300 millones de fumadores y ventas al alza

A pesar de la notable transformación económica de la nación en los últimos 40 años, la cultura del tabaco sigue profundamente arraigada. De hecho, mientras el consumo global de cigarrillos ha mostrado una tendencia a la baja, en China sus ventas han experimentado un aumento sostenido en el último lustro, según datos de la empresa de estudios de mercado Euromonitor International. En 2023, se vendió en este territorio el 46% de todos los pitillos del planeta, 2,44 billones de unidades, una cifra que alcanzará los 2,48 billones en 2028, según las proyecciones. A principios de la década de los 2000, China registraba un tercio de las ventas mundiales.

De acuerdo con la revista especializada TobaccoChina, el 20% de esas compras corresponde a cigarrillos de bajo contenido en alquitrán, una opción que, . La comercialización de este producto como una alternativa “más sana” fue una parte fundamental del modelo de negocio de las tabacaleras estadounidenses en la segunda mitad del siglo XX, con el objetivo de disuadir a los fumadores de dejar por completo su hábito. Y, aunque para el año 2010 más de medio centenar de naciones prohibió publicitar sus cigarrillos como bajos en alquitrán o light (ligeros), sus ventas en China se han multiplicado más de un 50% con respecto a 2016, recoge TobaccoChina.

Jiang Yuan, subdirector del instituto de pensamiento Research Center for Health Development, cree que el resto del mundo está comprando menos cigarrillos precisamente porque los vapeadores se han popularizado mucho más en otros países, cita la revista china . Desde su centro de investigación apuntaban en un informe de agosto que, aunque la tasa nacional de tabaquismo ha disminuido de forma leve en China (del 26,5% en 2018 al 24,1% en 2022, según datos oficiales), los cambios en los patrones de consumo han provocado el aumento del volumen de ventas. Uno de los motores de este crecimiento es la popularidad de los cigarrillos “finos”, por sus diseños a la moda, o los “más cortos”, que se terminan en un par de caladas, explica Jiang.

Detrás de la promoción de esas tendencias está la Corporación Nacional de Tabaco de China, más conocida como China Tobacco. Desde julio del año pasado, sus subsidiarias han solicitado al menos 24 patentes relacionadas con productos bajos en alquitrán, como nuevos diseños de filtros o aditivos destinados a mejorar el sabor y el aroma, según revela , un medio centrado en reportajes sobre salud en el mundo. Este planteamiento, sin embargo, burla el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco, que China ratificó en 2005.

“No creo que sea adicto a la nicotina”, opina Jian Tian, camarógrafo de 34 años. “Es solo que, cuando me reúno con gente que fuma, no puedo evitar hacerlo”, manifiesta. Jian reconoce haber sido fumador habitual desde que estudiaba bachillerato, pero quiere dejarlo porque su mujer está embarazada. Le resulta difícil: “Es una distracción a la que me cuesta renunciar”. “Me ayuda a evadirme en el trabajo. Fumo en los descansos ocasionalmente, para relajarme”, comparte. También contribuye su precio: un paquete cuesta, de media, 18,69 yuanes (2,44 euros), según datos de octubre. En España, el precio medio es 4,5 euros.

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