Si la medicina erigiera un monumento a los compuestos que más contribuyen a la salud de la población, la metformina ocuparía en él un lugar destacado. Este medicamento, que hunde sus orígenes en el uso popular de una planta llamada ruda de las cabras, es el tratamiento de primera elección frente a la diabetes tipo 2 —dolencia que sufren cinco millones de españoles— y la décima molécula más vendida en las farmacias. Desde hace un año, además, el fármaco está en el centro de una feroz guerra comercial que ha sacudido el sector y puesto de manifiesto las contradicciones de las políticas farmacéuticas, que se debaten entre la necesidad de controlar el gasto y la lucha por evitar los recurrentes desabastecimientos, a menudo relacionados con los bajos precios.
El descenso de precios supondrá, si se mantiene la situación actual, un ahorro para la sanidad pública de más de 11 millones de euros al año respecto a la situación anterior. Pero, por el camino, también han ocurrido otras cosas. En octubre de 2023, las compañías que vendían metformina de 850mg a las farmacias eran 14, mientras que ahora son la mitad debido a que varias han decidido retirarse antes que vender a estos precios.
El sector de los medicamentos genéricos considera preocupantes estos cambios. “Todo esto va en contra de los llamamientos de la UE a reforzar la autonomía estratégica europea. Las empresas que hacen estas ofertas a la baja rozan lo temerario. Son meros importadores sin apenas estructura que no contribuyen a afianzar un sector que aporta mucho empleo de calidad y PIB. Cuando los precios ya son baratos, no es bueno bajen todavía más de esta forma”, censura Ángel Luís Rodríguez de la Cuerda, secretario general de la patronal Asociación Española de Medicamentos Genéricos (AESEG).
Towa Pharmaceutical, por el contrario, ha decidido abandonar la venta del fármaco. “Lo hemos hecho porque es insostenible económicamente. Es incomprensible este movimiento de precios y, sobre todo, su consentimiento, ya que a medio plazo solo quedarán unas pocas compañías y los pacientes quedarán más expuestos a riesgos de desabastecimiento, como ha sucedido con otros medicamentos”, sostiene João Paulo Nascimento, máximo responsable comercial de venta a consumidor en Europa de la compañía.
Los debates que rodean al precio y el desabastecimiento de medicamentos son recurrentes en Europa desde hace tiempo. Por un lado, la UE y la Agencia Europea del Medicamento (EMA), insisten en la necesidad de reforzar las cadenas de suministro e instan a que el continente disminuya su dependencia de Asia y aumente la producción de los fármacos considerados esenciales. Las carencias sufridas durante la pandemia —cuando el continente se quedó en varios momentos sin medicamentos y productos sanitarios esenciales— o lo ocurrido hace dos años, cuando las presentaciones pediátricas de antibióticos casi desaparecieron de las farmacias, son puestos repetidamente en Bruselas como ejemplos de lo que no puede volver a ocurrir.
Por el otro lado, las autoridades también reiteran que es necesaria una mayor competencia para que bajen los precios de los medicamentos que ya han agotado la patente. El sistema español —llamado de Precios de Referencia— es criticado a menudo por lo contrario, por desincentivar la competencia y hacer que los precios no bajen todo lo que podrían, como ha hecho la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
Para Sanidad, “lo importante es asegurar que el Sistema Nacional de Salud se beneficie de la competencia sin poner en riesgo el suministro de un medicamento por la desaparición paulatina de la competencia”. Este es uno de los principales objetivos de la reforma de la Ley del Medicamento que tramita el ministerio, que busca impulsar “un sistema de precios más dinámico y competitivo, pero sin dejar a una sola compañía el suministro de un mercado tan grande como el español”, añade Hernández.
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Source: elpais.com