Paula Leitón: “Las futbolistas viven en un mundo de negocios, el waterpolo se juega por pasión”

El perfil de los equipos de waterpolo suele ser desigual. Como si la amenaza constante de hundimiento produjera compensaciones radicales. En la selección femenina de España conviven alevines como Elena Ruiz con gigantes como Paula Leitón (Terrassa, 2000), probablemente la más famosa de las campeonas olímpicas de París, célebre por defender su cuerpo hercúleo frente a las burlas de los ultras de X, empeñados en identificar a la mujer inaceptable con el cuerpo que no encaja en la norma impuesta aunque nadie que sea normal podría formar parte de esta selección de waterpolo, por títulos y perseverancia, la dinastía más gloriosa de la historia del deporte de equipos femeninos de España.

Pregunta. Usted quiso manifestar que los cuerpos normativos realmente son una imposición ilegítima y artificial.

Respuesta. Creo que con las redes sociales tenemos un problema. Quise visibilizarlo. Quise dar el mensaje. Tenemos interiorizado que el cuerpo normativo es el cuerpo de una modelo. Unas medidas perfectas que realmente no lo son. Son las que hemos creído que son las ideales. Era necesario decirlo. La mujer buena puede tener cualquier cuerpo. Espero haber ayudado a mucha gente. Yo he sido adolescente. Con el tiempo te das cuenta de que todo el mundo tiene inseguridades. Yo me fui dando cuenta de la gran suerte que tenía de tener el cuerpo que tengo y de poder practicar mi deporte. Tuve suerte pero no todo el mundo la tiene.

P. Ha crecido en el agua. ¿A qué edad comenzó a nadar y cuándo se dio cuenta de que tenía un cuerpo y un talento privilegiado para el waterpolo?

R. Comencé en el mundo del agua a los dos años porque me lo recomendó un médico. Era un deporte completo para el desarrollo de un niño. Con seis di el paso a la escuela de waterpolo. Cuando empecé en el equipo absoluto del Terrassa con 11 años mi entrenador me dijo: “Tu cuerpo es muy privilegiado para este deporte. ¿Cuántas chicas que ahora estén jugando son de tu tamaño?”. Solo estaba Maica [García]. Y pensé: “A lo mejor sí que tu cuerpo está hecho para este deporte”. Ahí me empecé a dar cuenta.

P. ¿Por qué es bueno tener un cuerpo tan grande en el agua?

R. Cada posición requiere un cuerpo específico. No es lo mismo una lanzadora velocista que la portera, la boya o la defensora de boya. Como boya sí que me ha ayudado. Además tengo facilidad para el hierro, para todo lo que son las pesas. Me gustan y musculo bastante rápido. Todo el trabajo de fuerza se me hace más fácil.

P. ¿La fuerza es importante porque la boya tiene que luchar cuerpo a cuerpo?

R. Es una posición muy física. En todo momento se requiere contacto físico con las rivales. No solo se trata de lanzar, sino de ganar una posición, buscar un espacio, de que no te muevan. Hay un poco de estrategia. Es útil ser grande para que no te desplacen fácilmente.

P. ¿Cómo consigue ganar peso y volumen en el gimnasio sin que luego el agua le reste velocidad en los desplazamientos?

P. Las pesas aumentan la fuerza pero también acortan los músculos y pueden ser contraproducentes para nadar. ¿Cómo adapta lo que hace en el gimnasio al juego en la piscina?

R. Cuando hablamos de fútbol tenemos que pensar que las chicas están arropadas por el fútbol masculino. Esto no quita que pero están acogidas por un deporte que en España es el deporte rey. Siempre van a tener más voz, más visibilidad que otros deportes. El waterpolo femenino lleva ganando grandes cosas desde hace más de diez años: dos platas olímpicas, un oro mundial, tres campeonatos de Europa… Pero hasta que no ganamos el oro en París no hemos empezado a tener publicidad. Sucede en deportes que nadie conoce y donde las mujeres tienen tanto o más éxito que en el fútbol. Es una cuestión social. En España el fútbol es el deporte que más genera. Para ellas es una gran suerte porque les permite grandes sueldos. Viven en una industria.

P. Cuando se habla de fútbol se habla de industria. Cuando se habla de waterpolo, ¿de qué se habla?

R. El fútbol es totalmente publicitario. Las futbolistas también son deportistas pero a diferencia del resto, ellas viven en un mundo de negocios. El waterpolo no está recompensado económicamente. Se hace por pasión. Invertimos muchísimas horas cada día. Yo digo que no es mi equipo, es mi segunda familia. Paso más tiempo con mi equipo que con mi familia. El sacrificio es total y no está recompensado económicamente. Lo hacemos por pasión.

P. ¿Qué se plantea ahora que ha conseguido todo?

R. Todavía no. No soy campeona del mundo. Es la única medalla que me falta. En verano tengo la oportunidad en Singapur.

P. Maica García, la boya de referencia en la selección desde 2012, tiene 34 años y puede estar pensando en la retirada. ¿Se sentirá huérfana sin ella?

R. Ojalá me acompañe hasta el final de mi carrera, pero creo que no será posible. Creo que me tocará cuidar de mis pollitos como hicieron conmigo. ¡Es lo que hay!

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