Se le cree callado, un poco tímido, algo así como una versión moderna de Andrés Iniesta. Sin embargo, Pedri (Tegueste, Tenerife; 22 años) no es lo que aparenta. Es divertido y parlanchín, un líder diferente, capitán cuando el resto de los mandamases del vestuario andan o lesionados o en el ostracismo. En lo que va de temporada, según cuentan en las oficinas de la ciudad deportiva del Barcelona, el centrocampista canario es el azulgrana que más veces atendió a la prensa tras los partidos. “Y, como todo el mundo sabe, no siempre fueron momentos fáciles”, subrayan desde el entorno del canario. Pedri comienza a tomar el mando en el vestuario. Ya lo hizo en el campo desde la llegada de Flick. “Tiene mucha calidad y ambición. Hace que todo parezca muy fácil. Es un verdadero placer verlo jugar”, le elogia el alemán. Lo necesita en forma; y ahora, con Dani Olmo en el limbo, probablemente más que nunca.
Cuando a Pedri le crujió la rodilla en la Eurocopa tras la brutal entrada de Toni Kroos en los cuartos de final frente a Alemania, en el Barcelona se llevaron las manos a la cabeza. “No puede ser. Tiene mucha mala suerte este chaval”, se lamentaban en el área deportiva. La desazón azulgrana era justificada, hacía tiempo que trabajaban con el chico para que pudiera recuperar su mejor forma. Sin embargo, ni el esfuerzo del canario, ni el del club parecían funcionar. Cuando no se encontraban soluciones, desde la entidad azulgrana se había comenzado a dudar del volante canario.
Fue casualmente , reconocido admirador de su fútbol —”Me recuerda a Iniesta”, aseguraba—, uno de los más preocupados por la evolución de Pedri. Era un momento extraño en el Barcelona, estaban los que buscaban protegerlo, también los que justificaban en sus pocos cuidados las repetidas lesiones musculares: ocho en las últimas tres temporadas, un total de 428 días en la enfermería.
Pedri no tenía una respuesta. Ni para sus lesiones, ni para las, según su entorno, “dañinas y mentirosas” filtraciones del club. El canario, en cualquier caso, seguía buscando soluciones; hasta tomó una muestra de sus fibras musculares para que se analizaran en un laboratorio de referencia en miopatías musculares genéticas de Baltimore. Y fue, justamente después de que Kroos lo echara de la Eurocopa, cuando encontró respuestas. “Hace rato que se esfuerza para estar en su mejor estado de forma. Ojalá hayan dado con la tecla”, explican desde el entorno del futbolista. Más musculado y potente, Pedri se presentó a trabajar bajo las órdenes de Flick.
Su crecimiento con Flick no solo fue físico, el canario potencia su fútbol, con Casadó como guardián, en el centro del campo. Ahora se tiene que liberar en ataque cuando no está Dani Olmo, el jugador al que reemplazó en España. La Roja levantó la Euro en Berlín y el Barcelona logró mezclar, al menos por media temporada, al canario y al catalán bajo la conducción de Flick. “Dani Olmo tiene una buena conexión con Pedri”, sentenciaba el preparador azulgrana. Pero hoy esa conexión está en el limbo. Y el fútbol del Barcelona mira a Pedri.
“La Supercopa es un título muy bonito, a mitad de temporada, por lo que a la hora de dar confianza al equipo viene muy bien. La confianza sería clave para afrontar los siguientes partidos”, subraya Pedri. Una confianza que necesita el Barça, no solo por la mala racha en el campo, sino también por las imprudencias de la directiva en los despachos. Primero los azulgrana tienen que sortear al Athletic.
“Tiene un gran equipo, con jugadores diferenciales, y será complicado. Ya les ganamos esta temporada y queremos repetirlo, pero será bastante diferente”, remata el canario, esperado líder futbolístico, inesperado líder en el vestuario. “Y solo tiene 22 años”, concluye Hansi Flick.
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
Source: elpais.com