Donald Trump marca un nuevo giro en la agenda internacional

Lo que Trump intenta, como siempre, es crear un desequilibrio de poder con los países involucrados, buscando intimidarlos para obtener concesiones. Quienes conocen su estilo, saben que, para él, una buena negociación comienza con la humillación de su adversario.

Sin embargo, las palabras de Trump tienen un impacto efectivo y pueden tener consecuencias perjudiciales para la solidaridad transatlántica. Cualquier debilitamiento de la OTAN beneficia a Rusia. Y, en un momento en el que se discute cada vez más sobre una posible negociación para un alto al fuego, Moscú debe estar satisfecho al escuchar a un presidente estadounidense plantear sin vacilar la posibilidad de adquirir territorios vecinos por la fuerza.

Es hora de que los europeos reaccionen con firmeza ante las declaraciones de Trump. Debemos dejar claro que continuaremos defendiendo los principios del orden liberal que EE UU podría estar dispuesta a abandonar. En primer lugar, la inadmisibilidad de adquirir territorios mediante la fuerza, y el carácter inalienable de nuestra soberanía, incluida la de Groenlandia. Es cierto que este territorio no forma parte formalmente de la Unión Europea. No obstante, el Tratado de Lisboa incluye un artículo que obliga a los países miembros a defenderse mutuamente en caso de agresión armada, y este principio se aplica “a los territorios de los Estados miembros”. Groenlandia forma parte del Reino de Dinamarca. ¿Trump quiere que los europeos se defiendan por sí mismos? Es una oportunidad para demostrar que estamos preparados para hacerlo.

En resumen, el mensaje debe ser claro: a soberanista, soberanista y medio.

Bruno Tertrais es director adjunto de la Fondation pour la Recherche Stratégique en París y autor de La guerra de los mundos. El retorno de la geopolítica y el choque de imperios.

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.