El general Joseph Aoun, elegido nuevo presidente de Líbano tras dos años de parálisis política

Tras dos años y medio de parálisis y bloqueo político, el Parlamento de Líbano eligió el jueves al general Joseph Aoun como nuevo presidente del país, que en el último lustro ha encadenado varias crisis de diverso tipo. Aoun, considerado el candidato favorito de EE UU y de Arabia Saudí, fue elegido en segunda vuelta con el apoyo de 99 diputados de los 128 de la cámara legislativa. Los principales retos del general, que hasta ahora ocupaba el cargo de Supremo del ejército libanés, serán velar por la aplicación del acuerdo de alto el fuego entre Israel y la milicia pro-iraní Hezbolá y nombrar un nuevo primer ministro capaz de negociar con la comunidad internacional las ayudas necesarias para reconstruir el país tras la guerra del pasado otoño.

“Una nueva fase en la historia del Líbano empieza hoy”, ha declarado Aoun en la ceremonia de toma de posesión de su nuevo cargo. El general, un político independiente de 61 años, ha situado como su principal prioridad la “construcción” de la nación y de su ejército, y ha señalado que con su elección no hay ningún “perdedor”. Su nombramiento ha llegado en la segunda votación, pues en la primera ha obtenido el voto de 71 diputados, lejos de la mayoría requerida. Durante un receso de un par de horas entre ambas votaciones, Aoun se reunió con los representantes de los partidos chiíes Amal y Hezbolá, y logró obtener finalmente su respaldo, por lo que su nombramiento se ha forjado a partir de un consenso mayor de lo esperado. De acuerdo con el reparto confesional del poder, el cargo de presidente lo debe ocupar un cristiano, y el de primer ministro, un musulmán suní, y el de presidente del Parlamento, un musulmán chií.

Según el analista Michael Young, del think tank Carnegie, la elección de Aoun es un reflejo del cambio en los equilibrios políticos en la región acaecido en los últimos meses, y que se ha traducido en una notable erosión de la influencia de Irán. Al debilitamiento de Hezbolá fruto de la guerra con Israel hay que añadir la caída del régimen del clan de los Asad en Siria, aliados de Teherán desde hace más de cuatro décadas. “La derrota de Hezbolá en el reciente conflicto con Israel ha dejado un vacío, y parece que los estadounidenses […] creen que solo el ejército puede, y debe, llenar ese vacío”, ha escrito en un artículo Young. El anterior presidente, Michel Aoun ―sin relación de parentesco con el nuevo presidente―, era un aliado de Hezbolá.

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