Ya había planteado con anterioridad esas posiciones, pero desde su triunfo electoral en noviembre se han hecho recurrentes en sus intervenciones públicas. Y las volvió a repetir, burlonamente, en su red social, Truth, horas después de su comparecencia, cuando publicó dos mapas en los que Canadá aparecía como territorio estadounidense.
Durante las primeras semanas de transición presidencial ese tipo de declaraciones sonaron a bravuconada. Pero a 10 días de su desembarco en la Casa Blanca, empiezan a sonar mucho más serias, aunque solo sean, como algunos sugieren, una táctica para abrir una negociación desde una posición de fuerza.
La Unión Europea y los aliados europeos de la OTAN aguardan con enorme incertidumbre la llegada oficial del nuevo presidente, que ha prometido subir los aranceles a los productos europeos y ha reclamado un aumento del gasto en defensa, amenazando con desamparar a aquellos que no hagan caso. Pero el capítulo sobre Groenlandia, que forma parte desde hace 600 años del reino de Dinamarca, un país de la UE y miembro de la OTAN y por tanto aliado de EE UU, superan todos los niveles vistos hasta ahora.
“La postura de Trump es muy preocupante”, dice, alarmada, una alta fuente europea, que pide mantener el anonimato para poder hablar con libertad de un asunto muy caliente en Bruselas, donde se preparan para negociar con la nueva Administración un acuerdo que evite la escalada comercial. “Preocupante no solo por la perspectiva de futuro y si actuará sobre Groenlandia o no, también porque supone otra injerencia más que puede hacer que se tambaleen las relaciones entre Europa y EE UU”, señala.
De momento, los países aliados han reaccionado en público con advertencias de no injerencia, aunque con cuidado de no airar al volátil presidente electo, para no empeorar las cosas. Alemania y Francia han advertido al republicano sobre la inviolabilidad de las fronteras. El martes, el primer ministro saliente de Canadá, Justin Trudeau, respondió al presidente electo con mensajes en inglés y francés en X, la antigua Twitter: “Una bola de nieve tiene más posibilidades de sobrevivir en el infierno” que su país de convertirse en un Estado más de EE UU, escribió.
En Washington, las palabras de Trump han recibido una acogida positiva entre los legisladores de su Partido Republicano. Representantes de su corriente de derecha radical MAGA (“Make America Great Again”, o “Devolver la Grandeza a Estados Unidos”), como la congresista Marjorie Taylor-Greene, una de sus fans más devotas, han anunciado que se disponen a redactar un proyecto de ley para el cambio de denominación de la masa de agua.
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Source: elpais.com