Madrid y Barça se tienen muchas ganas

El Madrid ha procurado no hablar de Olmo y el Barça se ha hecho el sordo con Vinicius después que el Comité de Competición sancionara al jugador con dos partidos por un expulsión en Mestalla que podía haber tenido mayores consecuencias y que hoy no le impedirá disputar el encuentro en Arabia Saudí. Vinicius es una garantía en las finales del Madrid. El brasileño acostumbra a marcar las diferencias en un equipo que ha mejorado mucho desde el último clásico de Liga. Bellingham ha encontrado su sitio como volante ofensivo, Mbappé recuperó su explosividad, el silencioso Rodrygo vuelve a hacer ruido con sus goles y por si acaso queda el bisturí de Brahim. A falta de fluidez y de una mejor solidez, Valverde y Camavinga sostienen la medular y Rüdiger barre por delante de Courtois.

La pujanza de equipo de Ancelotti ha contrastado con la caída del Barça desde la cita del Bernabéu. No se sabe muy bien la alineación que sacará Flick. Hay dudas en la portería, después que en la semifinal jugará Szczesny porque Peña llegó tarde a la sesión de activación; tampoco se sabe si Gavi mantendrá la titularidad por encima de Olmo y habrá que ver el papel que juega Araujo, una vez recuperado de su lesión y después que haya trascendido que negocia un mejor contrato con clubes como la Juve. A diferencia de Ancelotti, jovial y confiado —”lo vamos a hacer muy bien”— Flick parece ocupado y tenso en su primera final con el Barça. El técnico se ampara en la calma de Pedri, el liderazgo de Iñigo Martínez y el desequilibrio de Lamine para aupar a un plantel ambicioso y que funciona muy bien en la Champions.

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