Un nuevo estudio, publicado en la revista Nature, examina . Antes de más, es preciso decir que el secreto se esconde en algo que vive en el corazón de cada brazo, una estructura conocida como .
Parte del secreto, según los científicos, reside en que los tentáculos no tienen huesos. Por el contrario, tienen un tipo de estructura llamada “hidrostato muscular”, compuesta solo de músculo, tejido conjuntivo y nervioso.
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A la vez, los tentáculos están repletos de neuronas; más, incluso, de las que tiene el cerebro. De este hecho se desprende que cada tentáculo tenga cierto grado de autonomía, lo que permite a un pulpo utilizar uno para cierta tarea y otro para alguna actividad totalmente diferente.
El estudio de ahora añade, a todo esto, una suerte de mapa de cómo se sitúan estos circuitos por los tentáculos. En resumidas cuentas, el hallazgo de mayor peso fue ver que en el tentáculo.
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De acuerdo con Olson, esta estructura es la que permite que parte del trabajo de controlar los movimientos del brazo se delegue en las neuronas de los tentáculos, en lugar de que todo esté controlado por el cerebro del animal.
Con todo, los científicos dicen que, sobre esto, todavía queda mucho por estudiar, pues falta bastante para comprender cómo funciona la biología de los pulpos.
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Source: www.ngenespanol.com