Las sacudidas provocadas por el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos han agitado también la salud global. El nuevo inquilino de la Casa Blanca ha anunciado que retirará de la Organización Mundial de la Salud a la primera potencia mundial y al que ha sido hasta ahora su mayor contribuyente, una decisión que ha sido recibida con críticas por expertos y cautela por otros actores internacionales.
Según documentos de la OMS, Estados Unidos fue en 2022 el país que más dinero le aportó, con 679,6 millones de euros, el 32,4% del total de contribuciones directas de los Estados miembros y el 20,4% de todos los ingresos de la organización, que también se nutre de donaciones de fundaciones privadas y de otros organismos.
Adrián Alonso Ruiz, investigador y responsable de incidencia política de la ONG Salud por Derecho, también califica de “mala noticia para la gobernanza de la salud global tal como la conocemos” el paso dado por Trump. “El impacto de esta medida no debe analizarse únicamente en términos del presupuesto de la OMS, aunque pone a la organización —ya limitada en su financiación para cumplir con el amplio mandato que le han otorgado los países— en una posición aún más precaria”, opina, “sino que también plantea serias implicaciones para el sistema de salud global en su conjunto”.
Trump no ha escondido nunca sus recelos con la agencia de salud de las Naciones Unidas. El primer gobierno del magnate comenzó formalmente a retirarse de la OMS en julio de 2020, aún con la pandemia del coronavirus propagándose, pero este paso fue frenado por la victoria electoral de Joe Biden y Estados Unidos mantuvo su posición en el organismo encargado de coordinar la respuesta internacional a las emergencias sanitarias.
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Source: elpais.com