El otro fútbol del Atlético que hizo explotar a Julián Alvarez y paralizó al Bayer Leverkusen

El segundo gol de Julián Alvarez nació de una patada larga de De Paul sin dejar caer la pelota después de que Molina le sirviera un saque de banda. Correa, un tapón, la porfió, la ganó y habilitó a su compatriota para que marcara un tanto de superclase. Después de la paliza que se había dado para presionar a Tah o a Palacios cuando el Leverkusen se instalaba en campo del Atlético o para aguantar la pelota y estirar a su equipo, el atacante argentino aún tuvo piernas y cabeza para sentar a Kovar y marcar sin apenas ángulo. La de Julián Alvarez fue la primera gran noche europea como rojiblanco de un futbolista contratado como relevo totémico de Griezmann. “Es un futbolista diferente, que tiene la responsabilidad de esto y la está asumiendo. Tiene todo lo que reúne un jugador para jugar en el Atlético de Madrid y que sea por muchos años. Vino para esto, tiene humildad, trabajo, talento, y gol. Es un chico muy noble y se ha adaptado de menos más al equipo”, le ensalzó Simeone.

De repente, el académico Leverkusen se vio en medio de un partido áspero, de rompe y rasga, frente a un ramillete de futbolistas cancheros como De Paul, Julián Alvarez, Giménez, Llorente, Griezmann o Correa en lo poco que jugó. Buscaron sacar falta en cada contacto para luego jugarlas en largo. Ese tipo de partido no lo supo competir el campeón alemán pese a contar con un futbolista más durante 50 minutos. “El Atlético ha llevado el partido a su terreno. Ellos juegan mucho con esa manera de hacer jugar y conectar con el público, por eso han hecho tantas remontadas esta temporada. El 1-1 nos ha hecho daño. Nos ha generado dudas atrás y el partido ha entrado en descontrol, se ha abierto demasiado y perdimos las buenas ideas en ataque. No supimos entrar al área”, se lamentó Alonso.

El Leverkusen se quedó varado frente la línea de tres que componían De Paul, Llorente y Griezmann por detrás de Julián Alvarez y por delante los cinco defensas rojiblancos. Simeone también fijó a Frimpong con la entrada de Reinildo y a diferencia del primer tiempo, ya no cayó en la trampa de Alonso, que metió a Hincapié como falso lateral para que Grimaldo rompiera por el centro. no tuviera que intervenir en todo el segundo tiempo salvo para interceptar centros al área. “El segundo tiempo fue encomiable, lindo de ver, entusiasta en cada jugada y en cada duelo. Fue mucho más allá de remontar, hay más, el equipo jugó con inteligencia y valentía para presionar y que no nos encerraran del todo y para buscar esos pequeños detalles. Afortunado soy yo por tener receptores de mis mensajes”, se felicitaba Simeone.

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