Hay marejada en la grada de animación del Athletic. De un tiempo a esta parte, la función principal del grupo de más de 4.000 seguidores rojiblancos ha desaparecido. No animan y San Mamés parece, a ratos, un cementerio. Después de conseguir su objetivo de ubicarse en el fondo norte del campo, tras haber desalojado de allí, mediante negociaciones del club y cambios de localidad, a los socios que inicialmente ocupaban ese espacio —algunos de ellos desde hace décadas—, que en el antiguo campo también se ubicaban allí, ahora las voces no suenan. La grada de animación, estrenada por la anterior junta directiva que presidía Aitor Elizegi, cuenta con asientos denominados safe standing, abatibles y con una barandilla superior que permite ver los partidos de pie y evitar las avalanchas.
El agravio que denuncian los cabecillas de Iñigo Cabacas Herri Harmaila (ICHH) es el presunto acoso que sufren por parte de la Ertzaintza y del que convierten en colaborador necesario al club. Después de que se erigieran como principales actores de esa grada —“el ICHH debe ser la punta de lanza y la fuerza motora de la animación en San Mamés”, declaraban cuando estaba a punto de inaugurarse—, ahora hacen dejación de funciones y se niegan a dirigir la animación con los bombos y el micrófono que se facilitan desde el club.
Como reacción, el Athletic ha decidido prohibir la entrada al campo a las dos personas que instaron coactivamente a varios integrantes de la Herri Harmaila a cesar en la animación.
Una de estas personas ya fue sancionada por los órganos disciplinarios del club por, entre otros actos, la promoción y apoyo a Herri Norte Taldea, que le supusieron diversas sanciones, entre ellas, la pérdida de la condición de socio. La otra persona identificada como interviniente en la acción, que tampoco es socia, ni Gazte Abonoa, era uno de los speakers (personas que han solicitado poder usar el micrófono para dinamizar la animación) que se había declarado en huelga.
El domingo, tras empatar ante el Leganés (0-0), dos de los pesos pesados de la plantilla, Iñaki Williams y Unai Simón, en lo que parece es el sentir de todos los integrantes de la misma, criticaron con dureza la actitud de algunos de los asistentes a esa zona, por impedir al resto que apoyara al equipo con sus cánticos. El delantero fue más comedido en sus manifestaciones, pero el guardameta internacional se destapó. “Es una mierda lo que está pasando”, apuntó. “Invitamos a los que no dejan animar, a que se queden en su casa y que respeten a los que quieran animar”. Para el delantero, “es triste que no se deje animar al que quiere hacerlo y que haya pitos”. Tras esas manifestaciones, en las redes sociales, los más radicales cargaron contra Unai Simón, con insultos y amenazas, recordando, entre otras cosas, el trabajo de sus padres, que son miembros de las fuerzas de seguridad. Curiosamente, contra Iñaki Williams, que dijo prácticamente lo mismo que el guardameta, no se han reproducido insultos.
El conflicto, que se ha reproducido ya en varios partidos, dejó muda a la grada de animación en el partido copero frente a Osasuna y la situación se repitió ante el Leganés. Denunciaba la actitud Unai Simón, que aludía a la buena temporada del equipo: “Estamos situados en la cuarta plaza, a una distancia considerable con el quinto puesto. Esta situación es una mierda”; y remataba: “No nos sentimos identificados con lo que ocurre y lo que me toca las narices es que los jugadores no tenemos la culpa de lo que está pasando. Se nota en el campo. Tuvimos una eliminatoria de Copa ante Osasuna y no tuvimos ayuda y también hoy la necesitábamos. No la hemos tenido. Me da pena”, decía.
A lo que Williams añadía: “Somos conscientes de que esto no está beneficiando a nadie y todos estamos sintiéndonos perjudicados. Días como el de hoy para el Athletic y para el equipo son muy tristes”.
ICHH ha emitido varias notas responsabilizando al club de las multas que ha recibido por parte de la Ertzaintza, encargada de la seguridad en los partidos de San Mamés. Se quejan de acoso policial y de identificaciones indiscriminadas. En la última convocatoria de paro en la animación, el club les respondió que el Comité de Disciplina de la RFEF está imponiendo sanciones al Athletic por determinados cánticos proferidos mayoritariamente desde la Herri Harmaila y que las propuestas de sanción están alcanzando los 6.001 euros por partido, “pero podrían llegar a aumentar o disponer otro tipo de sanciones más gravosas como la clausura total o parcial del estadio, o celebración de partidos en terreno neutral”.
Además, desde el club añaden que “hasta la fecha”, los socios que han sido identificados como autores de estos cánticos sancionables no han tenido que pagar ninguna cantidad: “Las multas del Comité de Disciplina de la RFEF, en su totalidad, las ha pagado el club”, pero este no puede intervenir en las actuaciones de la Ertzaintza. Les recordó también que el Athletic da a la Herri Harmaila 44 entradas por partido destinadas a personas que lideren los cánticos de apoyo en San Mamés, y que les cedió 100 localidades para la final de Copa.
El domingo, ante el Leganés, parte de la grada de animación comenzó a actuar por su cuenta, alentando al equipo, pero después de un tiempo, dejó de animar, según algunos testigos, por la desaprobación de los cabecillas de ICHH, que se encararon con quienes pretendían dirigir la animación. Los jugadores, conscientes de la situación, se alinearon con la directiva y lo denunciaron en la rueda de prensa posterior al partido.
Por otra parte, el Athletic respalda en su totalidad las declaraciones de Unai Simón e Iñaki Williams al término del partido frente al Legqnés, y pide al resto de la grada de animación que vuelva a animar, porque “entre los colectivos, los más conocidos son Piratak, Euskal Lions e ICHH, y el más numeroso lo componen los Gazte Abonoa, con 2.237 jóvenes, con una media de edad de 17 años. De todos estos colectivos, el único grupo que está actualmente en huelga es ICHH”.
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Source: elpais.com