La UE multiplica los guiños a la ultraderecha con medidas duras contra la inmigración

Antes, el tripartito alemán liderado por los socialdemócratas había dado ya una especie de cerrojazo al espacio Schengen de libre circulación, con nuevos controles y cierres que amenazan la libertad de movimientos europea. Y la primera ministra italiana, la ultraderechista Giorgia Meloni, inauguró otra nueva vía con campos de expulsión en Albania. Polonia y Lituania construyeron una gran valla fronteriza para blindarse de Bielorrusia y de los migrantes que llegan enviados —a veces, empujados— por el régimen de Aleksandr Lukashenko y el ruso Vladímir Putin. Todo, mientras el Ejecutivo comunitario estudia, por indicación de los Estados miembros, “soluciones imaginativas” o “innovadoras” para aumentar las deportaciones e incluso estudia el coste de la adaptación del modelo de Meloni en Albania para la UE.

Hace tiempo que la Unión secundó, a su manera, con los patrones del club comunitario, la estela de mano dura migratoria que ahora muestra Donald Trump en Estados Unidos. Allí, nada más entrar en la Casa Blanca, el republicano ha impulsado una oleada de deportaciones multitudinarias de migrantes en situación irregular. El miércoles fue un paso más allá al anunciar que enviará a unas 30.000 personas a Guantánamo.

“Se han dado pasos que eran inimaginables hace unos años. La UE blindada de hoy es distinta de la de hace solo una década”, reconoce una alta fuente europea. El cerrojazo a Schengen, con más controles terrestres en Alemania, Francia, Italia, Suecia o Finlandia, es solo un ejemplo de la mutación del espíritu europeo.

El cambio definitivo, coinciden varias fuentes comunitarias, llega tras la crisis con Bielorrusia en 2021, cuando Polonia y los bálticos denunciaron que Lukashenko y Putin estaban usando a los migrantes como armas para desestabilizar a la Unión. Desde entonces, la Comisión Europea ha avalado, por ejemplo, las devoluciones en caliente y la suspensión del derecho al asilo que ya es una realidad en Polonia y en Finlandia. La UE también ha dado vía libre a una propuesta de directiva que facilita a los Estados miembros castigar penalmente a quien ayude a los migrantes por motivos humanitarios a entrar en terreno de la Unión.

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