La Audiencia Nacional se prepara para acoger a partir de este 3 de febrero uno de mediática ha levantado dentro y fuera de España. Luis Rubiales, expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), se sienta en el banquillo acusado de un delito de agresión sexual por el beso no consentido que le dio a la futbolista Jennifer Hermoso tras la final del mundial femenino de fútbol de 2023, así como por las supuestas coacciones posteriores que impulsó para tratar de que la jugadora justificara en público su actuación.
“Hermoso, desconcertada y sorprendida por el inesperado beso en los labios, no tuvo tiempo de reaccionar”, describió el juez instructor al concluir sus pesquisas, cuando remachó: “La jugadora trató de restarle importancia en un primer momento y continuar celebrando el histórico triunfo de la selección. No obstante, conforme iban pasando las horas, la euforia del triunfo fue dando paso al malestar y al sentimiento de haber sido ofendida por la acción antes relatada, malestar que fue en aumento ante las presiones de Luis Rubiales y de su círculo para que públicamente manifestase que el beso había sido consentido”.
Fue a partir de entonces cuando, según el sumario, el entonces presidente de la RFEF puso en marcha una batería de artimañas para presionar a la futbolista. Esas presuntas coacciones comenzaron en el propio Sídney (Australia), siguieron en el vuelo de vuelta a España y continuaron durante los días posteriores de festejos.
¿Quiénes acusan? Los cuatro procesados tendrán enfrente a tres acusaciones: la pública (representada por la Fiscalía de la Audiencia Nacional), la particular (ejercida por Jennifer Hermoso) y la popular (desempeñada por la Asociación de Futbolistas Españoles, AFE).
La deportista y la AFE piden una pena de cárcel similar para los cuatro procesados, según el auto de apertura de juicio oral. Aunque la jugadora reclama que la orden de alejamiento se amplíe a 500 metros.
¿Por qué se juzga en la Audiencia Nacional? En septiembre de 2023, la Fiscalía decidió dar un paso adelante y presentó una querella contra Rubiales en la Audiencia Nacional. El ministerio público, que ya incidía entonces en la “situación de hostigamiento” que había padecido la futbolista, explicaba que este órgano judicial tenía las competencias para asumir la investigación (y juzgar posteriormente el caso), ya que el supuesto delito lo había cometido un español en el extranjero —el beso que desató todo se produjo en Sídney, que acogió la final del Mundial—. Además, la víctima también es española y no se había abierto ningún procedimiento penal en Australia sobre los hechos.
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
Source: elpais.com