El Barça rinde Mestalla

El Barça enmudeció y vació Mestalla para aferrarse a la Copa, al igual que el Madrid, el Atlético y la Real Sociedad, cuatro equipos que han descontado muchos puntos en la Liga. El torneo diseñado para las sorpresas acaba con unas semifinales previsibles si se atiende al rango de los clasificados, nada que ver con la última final, ganada por el Athletic al Mallorca. El rey del torneo, en cualquier caso, es el Barcelona, que celebró su clasificación con una goleada en Mestalla. El partido de Copa fue una copia del de Liga. El fútbol fluido y contundente de los azulgrana destrozó al sistema defensivo de los suplentes del Valencia.

Amenazado como está por el descenso, el Valencia no era un candidato al título de Copa, sino que más bien parecía un mal enemigo para cualquiera de los favoritos, y más cuando la suerte de la eliminatoria se jugaba a un partido y en Mestalla. La hinchada no hablaba de conquistar un trofeo si no de ganar un partido desde la competitividad y la emotividad contra un rival antipático como el Barça, el mismo equipo que había interrumpido precisamente el optimismo generado con la llegada al banquillo de Carlos Corberán con el 7-1 encajado a finales de enero en Montjuïc.

Aquel partido dejó tan buen recuerdo en los azulgrana que Flick volvió a apostar por una alineación parecida, rematada por un falso 9 como Ferran. No jugaba por tanto Lewandowski, tampoco Casadó, ni Araujo y Gavi está en fase de recuperación del golpe sufrido contra el Alavés. Alcanzó con Pedri. A la afrenta ofensiva azulgrana respondió Corberán con una formación defensiva, nada que ver con la del último partido, presidida por tres centrales y un solo punta: Sadiq. Apenas había un titular en la cancha, el central Mosquera, porque el Valencia se la juega la próxima jornada contra el Leganés.

Aunque la permanencia en la Liga era compatible con la continuidad en la Copa, el Valencia volvió a ser un muñeco de pim pam pum para el Barcelona a pesar de la firme carga ambiental de Mestalla. Nadie dudaba de la motivación de sus futbolistas, que saltaron rápidos en la presión sobre la zaga del Barcelona. Los azulgrana, sin embargo, ni se inmutaron y, al igual que ya pasó en la Liga, marcaron a los dos minutos, después de que Balde pusiera un muy buen centro para la llegada de Ferran, que ganó la espalda de Yarek en el área y batió a Dimitrievski.

Quedó tiempo de todas maneras para el regreso de Olmo después de que en el descanso reapareciera Iñigo. Flick tiene donde elegir para la cita del domingo en Sevilla. Los azulgrana rebosan confianza después de rendir Mestalla con cinco goles después de los siete de Montjuïc.

Ahora mismo cuesta recordar una actuación más abrumadora de los azulgrana en Valencia. El optimismo de los de Flick contrasta con el pesar del equipo de Corberán. Mestalla no admitirá ante el Leganés un ridículo parecido al sufrido ante el Barça.

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