—¿Presenció el beso? —le ha preguntado Olga Tubau, abogada de Rubiales.
—Yo no lo vi —ha dicho la entrenadora.
—¿Habló después con Hermoso de lo que había ocurrido, de ese beso y cómo se encontraba?
—Yo hablé de esto con ella a partir del 28 de agosto o por ahí.
Para entonces, habían pasado ya ocho días desde la final del Mundial, celebrada en Sídney el 20 de agosto, y desde que comenzaron a urdirse las maniobras en el seno de la RFEF para tratar de que Jenni Hermoso saliera en público a justificar al presidente de la federación. Esas “presiones”, según el sumario, arrancaron en el mismo estadio australiano y siguieron en varios escenarios: en el autobús que llevó a las futbolistas al aeropuerto, en el avión de regreso a España y en la isla de Ibiza, adonde las deportistas viajaron para celebrar el título.
—Pero, ¿por qué no habla con Hermoso después del Mundial, del viaje de vuelta… como segunda entrenadora preocupada por su situación y como mujer? —le ha inquirido la fiscal Marta Durántez.
Durante su declaración, que el juez José Manuel Clemente Fernández-Prieto ha calificado como “insulsa”, Tomé ha recordado su asistencia a aquella asamblea del 25 de agosto de 2023. ¿Quién le dijo que fuera? “Jorge Vilda”, entonces su superior y quien la aupó al cargo de segunda entrenadora. ¿Le dijo por qué? “Yo le pregunté por qué, si nunca había ido. Y él me dijo que tenía que ir”, ha contestado la testigo a preguntas del ministerio público. ¿Y usted quería ir? “No”. ¿Se sintió incómoda? “Mucho”. En el comunicado del 26 de agosto se hacía una referencia a ello: “Se produjo un hecho especialmente hiriente, ya que a varias de las integrantes femeninas del staff técnico se les obligó a colocarse en primera fila, exponiendo su imagen e intentando dar a entender a la sociedad y jugadoras que compartían las tesis del presidente”.
A diferencia de Tomé, todas las jugadoras que han pasado por el juicio del caso Rubiales —Alexia Putellas, Irene Paredes, Laia Codina y Misa Rodríguez— han afirmado que no entendieron que la entrenadora dejara fuera a Hermoso de la primera concentración tras el Mundial. “Me decía que era una faena que no la hubiesen convocado porque lo que quería era tener normalidad en su vida, y ella entendía que eso pasaba por ser seleccionada”, contó Paredes el pasado jueves. “Había sido de las mejores tanto de la selección como del Mundial en general. Y había sido de las jugadoras más importantes. A nivel deportivo, creo que era una de las personas que tenía que estar seleccionada. Estaba un poco disgustada porque lo que quería ella era estar en la selección a pesar de todo”, remachó Laia Codina.
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Source: elpais.com