Hamás y Yihad Islámica liberan a tres rehenes en Gaza y mantienen el acuerdo de alto el fuego pese a las amenazas de Trump

Hamás ha aprovechado la ceremonia de liberación de tres rehenes civiles israelíes de este sábado en Gaza para lanzar mensajes a Estados Unidos y a Israel después de que el proceso de alto el fuego estuviera a punto de saltar por los aires a lo largo de la semana entre reproches mutuos. “No emigración, excepto a Jerusalén”, ha mostrado el grupo islamista en el escenario de la ceremonia para dejar claro su negativa a las deportaciones de gazatíes que propone el presidente de EE UU, Donald Trump. Como en ocasiones anteriores, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha emitido quejas y ha acusado a Hamás de “intentar violar el acuerdo”, al tiempo que ha renovado sus amenazas de retomar la guerra en cuanto logre, con ayuda de Washington, sacar a todos los secuestrados. Antes de una manifestación para pedir el regreso de todos los rehenes, la madre de uno de ellos, Einav Zangauker, ha acusado a Netanyahu de “boicotear” el alto el fuego, al retrasar el inicio de las negociaciones sobre la segunda fase casi dos semanas respecto a la fecha estipulada en el acuerdo.

Tanto Trump como Netanyahu han puesto en duda en los últimos días el pase a la segunda etapa del alto el fuego. El segundo ha convocado una reunión de seguridad para analizar si envía una delegación negociadora a Qatar, donde ya están los representantes de Hamás. El secretario de Estado de EE UU, Marco Rubio, tiene previsto aterrizar en Tel Aviv esta misma noche y abordar el asunto con los dirigentes israelíes. La segunda fase implica la liberación de todos los rehenes que quedan con vida, de cientos de presos palestinos y un cese definitivo de los ataques. El ala más dura del Ejecutivo israelí reclama reanudar la guerra sin esperar a la puesta en libertad de todos los cautivos, tanto civiles como militares.

El acto de liberación de cautivos en la Franja se ha llevado a cabo en Jan Yunis, en la zona meridional. Como en procesos previos, tras la firma protocolaria de documentos, el grupo ha sido entregado al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que los ha trasladado a territorio israelí, a escasos kilómetros. En la ceremonia, que ha tenido lugar delante de algunos edificios destruidos durante la guerra, han participado milicianos de los brazos armados de Hamás y Yihad Islámica, el grupo que retenía a Trufanov. Algunos, incluso, han lucido orgullosos pertrechos del ejército israelí con los que se habrían hecho durante la contienda.

Por un lado, el mensaje más directo de Hamás ha ido dirigido a Trump, con esa frase (“No emigración excepto a Jerusalén”) que advierte que la expulsión al extranjero de los palestinos no es una opción. Se leía en una de las lonas del estrado donde ha escenificado la entrega de los cautivos al CICR y hace referencia a la importancia —nacionalista y religiosa— de la ciudad para la causa palestina.

Por otro, Hamás presiona a los mediadores para que el acuerdo de alto el fuego, que entró en vigor el 19 de enero, no descarrile, se cumpla lo firmado y avance hacia la segunda fase, cuya duración prevista es de seis semanas, al igual que la primera. En este sentido, el secuestrado Horn ha recibido en el escenario de manos de los milicianos del grupo islamista un reloj de arena en el que se podía leer: “El tiempo se está acabando”. Adjunta a la peana, una foto del rehén Matan Zangauker, que no está en la lista de los 33 previstos para ser entregados en la primera fase de la tregua, junto a su madre, Einav, que informó el pasado septiembre de que habían recibido una prueba de vida de su hijo.

Pocas horas antes del canje, el presidente de EE UU había reiterado su posición personal (“creo que deberían liberar a todos”, es decir, los 73 que desde hoy aún quedan en Gaza) y había asegurado que él adoptaría “una postura diferente” y “muy dura”, pero añadido asimismo que “depende de lo que haga” Netanyahu. Luego se ha arrogado el mérito de haber desbloqueado la crisis con su aviso de que “se abrirían las puertas del infierno” si Hamás no entregaba este sábado a todos los rehenes, pese a haberse resuelto solo con la entrega de tres.

También Netanyahu ha puesto el crédito en la amenaza del uso de la fuerza militar: “Hamás dio marcha atrás y se procedió a la liberación de los rehenes, debido a la concentración de nuestras fuerzas y en torno a Gaza y a la declaración clara e inequívoca del presidente Trump”. Como en semanas anteriores, el primer ministro ha vuelto a emitir quejas en un comunicado, poco después de la llegada de los rehenes a territorio israelí.

Ha acusado al grupo islamista de “intentar violar el acuerdo” creando “una falsa crisis con afirmaciones infundadas”, en referencia a la afirmación de que Israel llevaba incumpliendo lo pactado desde el inicio del alto el fuego, que les llevó a anunciar que congelaban el canje de este sábado. “Estamos trabajando en total coordinación con Estados Unidos para rescatar a todos nuestros rehenes, tanto los vivos como los caídos, lo más rápido posible, y estamos completamente preparados para lo que viene después, en todos los aspectos”, advierte amenazante ante la posibilidad de retomar la guerra tras la salida de los secuestrados, pese a que la conclusión de la segunda fase conlleva un alto el fuego definitivo. En la nota, deja claro que va de la mano de Washington más que de los otros dos países intermediarios, Qatar y Egipto.

Los tres liberados en la Franja en esta ocasión tienen doble nacionalidad. Argentina, en el caso de Horn, cuyo hermano Eitan, de 38 años, sigue cautivo en Gaza y tampoco figura entre los 14 que quedan por salir en la primera fase, ocho de ellos sin vida. “Eitan, eres el siguiente”, ha escrito en una pizarra en el helicóptero militar, ya de regreso a su país.

Trufanov, conocido por el diminutivo de Sasha, tiene también nacionalidad rusa. Su madre, su abuela y su novia, también secuestradas, fueron liberadas en el primer alto el fuego, en noviembre de 2023, mientras que los milicianos mataron a su padre. En cuanto a Dekel-Chen, que dispone de pasaporte estadounidense y trató de hacer frente a los atacantes, ha sido padre durante el cautiverio después de que su mujer se salvara el 7 de octubre de 2023 y dos meses más tarde diera a luz a su tercer hijo en común. Los milicianos le han dado una moneda de oro como regalo por su paternidad, en el marco de la guerra de propaganda.

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