“La verdad es que yo no sé cómo preparar un partido así, porque siempre ha pasado. Tenemos que pensar en cómo hacerlo”, confesó Carletto hace un año, a los pocos días del sufrimiento vivido con el Leipzig. Era la tercera vez que le ocurría en las cinco eliminatorias europeas en las que se trajo un triunfo del campo rival. Las dos que resolvió sin problemas administraba un 1-6 al Schalke (2013-14; 3-1 en la vuelta) y un 2-5 al Liverpool (2022-23; 1-0).
El inquietante pasado apela a un asunto mental que, según admitió este martes el entrenador italiano, es difícil de gestionar y que condicionará el jeroglífico futbolístico. Una especie de encrucijada. “Es un tema psicológico que lo tenemos en cuenta porque ha sucedido muchas veces. Tú puedes decir: ‘No tenemos ventaja, debemos plantear el partido como si fuese un 0-0 o con necesidad de remontar’. Pero eso es una tontería, nadie te cree. Nosotros marcamos tres y el City, dos. Lo que puedes cambiar es la actitud, no hacer cálculos y buscar el mismo partido de hace una semana”, desarrolló Ancelotti.
Un avance que el conjunto blanco ha conseguido con las cuatro estrellas atacantes a la vez, algo que había generado muchas dudas y que, incluso, en algún tramo inicial de la temporada había conducido al staff a probar con cuatro medios. “Por mucho tiempo hemos tenido la duda de si se podía tener equilibrio con este equipo. Se puede, si hay una buena dosis de sacrificio”, recordó Ancelotti. En defensa, Rüdiger regresó a la lista y, según el entrenador, puede estar en el once, lo que devolvería a Tchouameni al pivote si Asencio permanece en el centro de la defensa. El que no aparecerá de arranque es Lucas Vázquez, pese a entrar en la convocatoria.
La consigna que Ancelotti no dejó de repetir para estar en el sorteo del viernes (Atlético o Leverkusen, sus posibles rivales si pasa) es disputar el mismo partido que en Mánchester, la ciudad en la que medio año después todos corrieron en la misma dirección. Un mensaje que Carletto repitió dentro y fuera hasta el hartazgo, pero que tardó en traducirse en hechos. La medicina también para huir de la trampa mental de una eliminatoria no resuelta.
“Ha pasado otra vez, otra vez. Es la historia de este equipo, que no somos capaces de manejar a nivel psicológico este tipo de ventaja. Me ocurrió en mi primera etapa contra el Schalke”, repetía la temporada pasada tras el sofocón del Leipzig, que le disparó 20 veces en el Bernabéu, el doble que el Madrid. Aunque no tanto como los 28 tiros del Chelsea en 2022, la segunda mayor cifra sufrida por los blancos en la Champions desde hace, al menos, dos décadas, y solo por detrás de la madre de todos los acosos: los 33 del City del año pasado en el Etihad. De todos, eso sí, salió vivo, igual que, sin Ancelotti, ante la Juventus en 2018, cuando los italianos le llegaron a igualar el 0-3 de la ida.
El resultado favorable sitúa a los blancos ante una suerte de juego mental que deberá resolver en paralelo al desafío con la pelota. Como ha advertido Ancelotti en varios de estos episodios, no hay que decir que no hay que pensar en la ventaja porque en lo único que se piensa es en la ventaja.
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Source: elpais.com