“Si lo quieren hacer, estupendo. Estoy completamente a favor. Si quieren hacerlo, creo que estaría bien”, afirmaba Trump en lo que se ha convertido casi en un ritual diario en el mes que lleva de mandato: una comparecencia ante la prensa para la firma de órdenes ejecutivas. Con estas declaraciones, el líder estadounidense hacía referencia a las propuestas para desplegar tropas europeas en Ucrania para garantizar el cumplimiento del acuerdo de paz entre Ucrania y Rusia, uno de los aspectos que se abordó el lunes en la reunión de países europeos convocada por el presidente francés Emmanuel Macron en París. También descartaba que Estados Unidos vaya a desplegar sus propias tropas —“Nosotros tenemos un océano por medio, para los europeos es algo mucho más importante”— y rechazaba que se plantee retirar todas las tropas estadounidenses de Europa en caso de un acuerdo de paz: “nadie me lo ha pedido ni es algo que yo quiera hacer”.
Pero se mostró muy crítico hacia el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, y sus quejas de que no tiene un asiento en las negociaciones ruso-estadounidenses, y vino a opinar que debió haber aceptado la pérdida de territorio para apaciguar a Putin. “Ha tenido tres años para acabar esto”, ha dicho Trump. “Hace tiempo esto se podría haber resuelto muy fácilmente, un negociador mediocre podría haberlo hecho con la pérdida de muy poco territorio, sin pérdida de vidas, sin destrucción de ciudades”.
El presidente también vino a apoyar la celebración de elecciones en Ucrania que arrojasen un cambio de Gobierno —una idea que, según se conjetura, Moscú podría plantear en las negociaciones—, aunque puntualizó que Zelenski “personalmente me cae bien”. El líder estadounidense declaró que el ucranio “tiene un índice de aprobación del 4%”. “El pueblo ucranio puede decir: hace mucho que no hemos tenido elecciones (desde la guerra rige la ley marcial). No es algo que diga Rusia. Es algo que digo yo y muchos otros países”, sostuvo.
Los representantes estadounidenses restaron importancia a las preocupaciones de los aliados europeos de que en las negociaciones entre Washington y Moscú la UE y Ucrania solo reciban un papel secundario, en el mejor de los casos. Los aliados temen que Estados Unidos y Rusia cierren entre ellos un acuerdo para terminar la guerra que imponga condiciones muy perjudiciales para Kiev. Pero los términos de la delegación estadounidense no parece que vayan a acallar el nerviosismo del bloque.
“Evidentemente va a haber contactos y consultas con Ucrania, con nuestros socios en Europa y con otros. Pero al final el lado ruso va a ser indispensable en este esfuerzo”, ha apuntado Rubio, que ha mencionado las sanciones europeas como uno de los motivos para contar con ese bloque. “La Unión Europea tendrá que estar en la mesa en algún momento, porque también mantiene sanciones impuestas”, ha declarado. Según él, “el objetivo es poner fin a este conflicto de una manera que sea justa, duradera, sostenible y aceptable para todas las partes involucradas”. “Todas las partes tendrán que hacer concesiones”, ha matizado.
El optimismo mostrado en público por las autoridades y la propaganda rusa contrastan con las supuestas intenciones de Trump sobre Ucrania. Moscú piensa que Kiev es una parte inalienable de lo que llama russki mir —el mundo ruso, un espacio más allá de sus fronteras que el Kremlin cree suyo, directa o indirectamente—, pero el presidente estadounidense desea que Ucrania le entregue el control de sus tierras raras, de sus hidrocarburos, de sus puertos y de otras infraestructuras para cobrarse el apoyo entregado estos años.
Según una filtración del plan de Trump comunicado a Kiev publicada por el diario británico The Telegraph, Trump ha exigido al Gobierno Zelenski medio billón de dólares (477.200 millones de euros). Es un trato peor que el deparado a los países invasores en una guerra de agresión: la cifra que maneja el presidente estadounidense, según esos datos, sería mayor en comparación a las reparaciones exigidas a Alemania tras la I Guerra Mundial.
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Source: elpais.com