Estos son los hitos que han marcado y que movilizó a la sociedad española ante el comportamiento machista de Rubiales.
El dirigente grita cinco veces durante una asamblea de la RFEF que no va a dimitir, se presenta como víctima del “falso feminismo” y señala a Hermoso: “Ella me levantó, le dije que no se preocupara por el penalti fallado, casi nos caemos y le dije: ‘¿Un pico?’ Y ella dijo: ‘vale”. Las internacionales responden con un comunicado donde renuncian a la selección y defienden a su compañera. En el texto, Hermoso rompe su silencio: “En ningún momento consentí el beso. No tolero que se ponga en duda mi palabra y mucho menos que se inventen palabras que no he dicho”. Y en sus redes sociales publica otro mensaje: “Me sentí vulnerable y víctima de una agresión, un acto impulsivo, machista y sin ningún tipo de consentimiento de mi parte. […] La RFEF presionó a mi entorno (familia, amigos, compañeras, etc) para que diera un testimonio que poco o nada tenía que ver con mis sensaciones”.
El Comité de Disciplina Deportiva de la FIFA suspende provisionalmente a Rubiales durante tres meses. Ante las presiones denunciadas por Hermoso, el organismo prohíbe al dirigente y a cualquier empleado federativo mantener contacto con la jugadora. Además, el CSD lo denuncia ante el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) para inhabilitarlo y 11 miembros del staff de Vilda dimiten.
La Fiscalía de la Audiencia Nacional abre diligencias de investigación contra Rubiales. El ministerio público tenía sobre la mesa seis denuncias de particulares o asociaciones, pero se resistía a dar el paso sin que mediara denuncia de Hermoso. El comunicado emitido tres días antes por ella en el que confirmaba que se sintió “víctima de una agresión” cambia el rumbo judicial del caso.
Hermoso presenta una denuncia en la sede de la Fiscalía General del Estado. En la causa no se persona como acusación particular FutPro, el sindicato al que la futbolista está adscrita. La denuncia es fundamental para que la Fiscalía actúe por la vía penal. Fuentes fiscales consideran que, sin esta iniciativa de Hermoso no podrían seguir adelante con el proceso, ya que el artículo 191.1 del Código Penal establece que, para actuar por delitos de agresiones, acoso o abusos sexuales, es precisa la “denuncia de la persona agraviada, de su representante legal o querella del Ministerio Fiscal”. Este punto supone que, en la práctica, el ministerio público solo actúa de oficio cuando las víctimas son menores o personas especialmente vulnerables.
Rubiales dimite como presidente de la RFEF tres semanas después del beso. “Insistir en quedarme a la espera y aferrarme a ello no va a contribuir a nada positivo”, dice.
Solo un día después de que el juez Francisco de Jorge admitiera a trámite la querella de la Fiscalía contra Rubiales, la Audiencia Nacional acuerda llamarlo a declarar como imputado. En su denuncia, el ministerio público aprecia un posible delito de agresión sexual y otro de coacciones.
El magistrado Luis Francisco de Jorge y le impide comunicarse con ella durante la instrucción de la causa. Rubiales niega en la Audiencia Nacional los delitos de agresión sexual y de coacciones que le atribuye la Fiscalía.
El hermano de Hermoso y una amiga acuden como testigos y le dicen al juez que el beso no fue consentido. También ratifican las presiones en las horas y días posteriores para que la futbolista saliera en público a defender a Rubiales.
El magistrado llama a declarar como imputado a Vilda, y también a Albert Luque y Rubén Rivera. Según varios testigos, durante el vuelo de vuelta a España desde Australia, para que la convencieran de que defendiera públicamente a Rubiales. El juez sospecha que su actuación formó parte de una estrategia más amplia y duradera, ya que Luque y Rivera viajaron a Ibiza, donde las futbolistas celebraron el título después, para supuestamente presionar a la jugadora.
Las jugadoras de la selección esto es, la falta de consentimiento y las presiones recibidas. Las tres compartieron las horas siguientes al beso y hablaron con la afectada. De hecho, Putellas seguía a Hermoso en la fila para recibir la medalla de campeonas del mundo, momento en el que se produjo el incidente. Alexia y Misa también viajaron con Hermoso a Ibiza.
Luque, imputado por coacciones, niega que maniobrara para presionar a Hermoso para que saliera a defender en público la actuación de Rubiales, pero reconoce ante la Audiencia Nacional que intentó hablar con la deportista en Ibiza. Según matiza, solo buscaba darle la enhorabuena por el éxito en el campeonato y saber cómo se encontraba.
Dos nuevos testigos declaran ante la Audiencia Nacional. Son Rafael del Amo, presidente del Comité Nacional del Fútbol Femenino, que asegura que no presenció ningún tipo de coacción, pero que sí vio cómo Rubiales le decía a Vilda que fuera a hablar con el hermano de Hermoso durante el vuelo de regreso a España desde Sídney; y Vitoriano Martín, un amigo de la jugadora que se sentaba en el avión junto al hermano, que corrobora el testimonio del familiar de la futbolista, que aseguró que el entrenador le presionó en esa conversación y le dijo que pensara en las “consecuencias personales y profesionales” que podía sufrir la deportista. Ambos defienden una versión que contradice de Rubiales y Vilda.
Hermoso declara como víctima en la Audiencia Nacional que, tras el beso “no consentido” que le propinó Rubiales, vivió una situación de atosigamiento constante durante las horas y días posteriores para que saliera en público a defender la actuación del entonces presidente de la RFEF. La jugadora insiste en que el beso fue “inesperado” y que, durante las jornadas siguientes, la institución desplegó un conjunto de maniobras para tratar de presionarla.
Francisco de Jorge propone juzgar a Rubiales por el beso y las coacciones, y a Luque, Vilda y Rivera por las presiones. En el auto, el juez instructor concluye que el beso “no fue consentido y fue una iniciativa unilateral y sorpresiva” del investigado.
En su escrito de acusación, También solicita un año y medio más de cárcel por el delito de coacciones. Por este último también solicita la misma pena para Luque, Vilda y Rivera.
La Audiencia Nacional fija ha generado dentro y fuera de España. El Juzgado Central de lo Penal, dirigido por el magistrado José Manuel Clemente Fernández-Prieto, reserva tres semanas para el desarrollo de la vista oral, y espera que el proceso acabe el 19 de febrero.
El juicio contra Luis Rubiales, Albert Luque, Jorge Vilda, y Rubén Rivera arranca el 3 de febrero en la Audiencia Nacional, en San Fernando de Henares (Madrid). Tras nueve sesiones, el magistrado José Manuel Clemente Fernández-Prieto declara el juicio visto para sentencia. Durante la vista oral, la jugadora asegura que nunca dio su consentimiento para que el expresidente la besara durante la entrega de medallas el 20 de agosto en Sídney. También afirmó que no escuchó que Rubiales le preguntara “¿te puedo dar un besito?”, tal y como defendió el exdirigente granadino, pese a que días después del incidente afirmó que lo que le había dicho fue “¿un piquito?”. En el juicio, varias jugadoras de la selección —Misa Rodríguez, Irene Paredes, Alexia Putellas y Laia Codina—, el hermano de Hermoso y dos amigos relatan una serie de maniobras por parte de la cúpula de la RFEF para que la futbolista saliera en público a salvar la imagen de Rubiales, deteriorada no solo por el beso, sino por su comportamiento posterior y previo.
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Source: elpais.com