Olmo pone a salvo el liderato del Barça

Los momentos de Dani Olmo son una bendición para los partidos vertiginosos del Barça. El delantero catalán tiene pausa para pensar y precisión para abatir a contrarios tan pesarosos como la UD Las Palmas. El gol del internacional español solucionó un encuentro tan incierto como los ya disputados y ganados contra el Alavés y el Rayo. Los azulgrana han recuperado el liderato con victorias apretadas después de arrancar la temporada con goleadas sonoras como la del Bernabéu. No logran regular el juego y tienen una sola velocidad cuando no juega o no encuentran al exquisito Olmo.

El gol fue un paréntesis en un choque muy complicado para el Barça y que remató en el descuento un suplente tan eficaz como Ferran Torres: 0-2. A los barcelonistas les cuesta jugar contra Las Palmas. La disputa en la cancha desmintió la diferencia que hay entre ambos equipos en la clasificación y su dinámica opuesta en 2025. Los canarios suman un punto sobre 21 y los azulgrana totalizan dos empates y 11 victorias, cinco consecutivas con la de Gran Canaria. El banquillo acabó por ser decisivo para suerte de Flick.

La abundancia del Barça contrastó con la escasez de la UD Las Palmas. La mayor garantía de un equipo rebajado por las muchas ausencias es Diego Martínez, un técnico que le tiene la medida tomada a los azulgrana, ganador hasta tres veces con equipos tan distintos como el Granada, Espanyol y el propio Las Palmas, que el pasado 29 de noviembre ya fastidió la celebración del 125 aniversario del FC Barcelona con un 1-2 en Montjuïc. La sabía mano del técnico y los delicados pies de Moleiro y Bajcetic desafiaron desacomplejadamente al Barcelona de Pedri en su primera visita como azulgrana al que fue su estadio Gran Canaria. El partido empezó con un ritmo muy vivo y llegadas a las dos porterías, tan ofensivo como impreciso el Barça y más fiero Las Palmas, que cerraba bien y embestía mejor con McBurnie, encimado por Casadó.

Los barcelonistas sufrían mucho sin la pelota, vulnerables defensivamente, cada vez más erráticos en el pase e incómodos en el repliegue ante el nerviosismo de Flick y de Szczesny. No sabían cómo atacar y menos rematar porque no daban con el timing que demandaba un encuentro que evocaba la mala tarde de Montjuïc. Las transiciones de los canarios se disparaban cada vez que lo azulgrana perdían el balón en una línea de medios permeable y sin dirección pese a la presencia de Pedri. El Barça no maduraba ni acababa las jugadas por precipitación y Fermín no encontraba a los delanteros ni la manera de enfrentar a Cillessen. El fútbol directo de Las Palmas tenía más sentido que la ansiedad del Barça. Ante la falta de calma y de pausa, Flick apeló en el descanso a la sutileza de Olmo, un delantero más paciente e indetectable en el pico del área que el llegador Fermín.

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