El 93% de los adolescentes considera que debe cambiar sus hábitos actuales respecto al uso de las pantallas. Reducir el tiempo de conexión es el deber más mencionado por los jóvenes, seguido de la tarea de dedicar más tiempo al deporte y de no dormir cerca de un aparato electrónico para evitar la tentación de echar un vistazo. La mayoría afirma que sus progenitores tienen bastante conocimiento sobre su actividad en Internet. Un 68% de los padres cree que su deber de controlar los dispositivos es más relevante que el derecho a la intimidad de los menores. Frente a ellos, gran parte de los adolescentes se queja de que estas herramientas de supervisión limitan su privacidad: el 60% sabe, además, cómo saltárselas. Son datos del estudio Infancia y adolescencia en entornos digitales, elaborado por la Fundación Orange en alianza con la ONG Save the Children y con el apoyo de la consultora GAD3, cuyas conclusiones han sido presentadas este lunes en el Palacio del Senado, en Madrid.
Abordar los retos a los que se enfrentan las nuevas generaciones ha sido el objetivo principal de la Jornada sobre protección de la infancia y adolescencia en entornos digitales que ha reunido en los escaños a expertos del ámbito educativo, sanitario y tecnológico. El director general de Save The Children, Andrés Conde, ha mostrado su inquietud: “Nos preocupan muchísimo los jóvenes, pero los hábitos de los adultos son similares. El ejemplo que damos a nuestros menores influye”. El 14% de los adolescentes asegura que sus padres usan el móvil o las plataformas digitales más que ellos, con una media de uso de entre cuatro y cinco horas diarias. Algunos progenitores admiten que, en ocasiones, son un mal ejemplo para los más pequeños en cuanto a tendencias de consumo tecnológico.
El Secretario de Estado de Telecomunicaciones, Antonio Hernando, ha contado que la línea telefónica de ayuda 017, creada en 2020 por el Instituto Nacional de Ciberseguridad para asesorar a empresas, ciudadanos, familias y educadores, ha recibido 3.000 llamadas sobre el ciberacoso a los adolescentes. “Vivimos en uno de los países más seguros del mundo, pero no conseguimos que el entorno digital lo sea para nuestros hijos”, ha lamentado.
El estudio concluye que, como herramienta educativa, la inteligencia artificial es poderosa, pero se debe incrementar la vigilancia y acompañamiento por parte de los padres y profesores para que su utilización sea eficiente, ética y no dañe el desarrollo cultural e intelectual, así como la creatividad de los menores. “Debe entenderse como un factor de apoyo, no como un sustituto del aprendizaje”, recoge el informe.
El acto ha sido inaugurado por el presidente del Senado, Pedro Rollán, quien ha destacado que los menores pueden ser víctimas de muchas situaciones de riesgo en el entorno digital “que atentan contra su integridad, intimidad e, incluso, su propia vida”. Considera que se debe tener un debate familiar, científico, escolar y político sobre la protección de los menores en Internet, que cuente con la participación de todos los actores implicados: “Igual que no dejamos a un niño en medio de una gran ciudad a su suerte, tampoco podemos dejarlo solo en Internet”.
Conde ha incidido en la obligación de las personas adultas y los distintos sectores empresariales y sociales, incluido el profesorado, de poner en marcha las medidas necesarias para que los espacios digitales sean seguros para la infancia: “El 80% de los menores de 11 años han accedido a pornografía. Vamos tarde en cuestiones importantes”, ha alertado para pedir más mecanismos sólidos de verificación de la edad y limitaciones de acceso a contenidos perjudiciales. “Los niños y adolescentes lejos de ser nativos digitales son huérfanos digitales. Les hemos lanzado sin herramientas a un entorno que no está diseñado teniéndoles en cuenta y que, además de beneficios, plantea graves riesgos para el ejercicio de sus derechos”, ha expresado.
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Source: elpais.com