Donald Trump no solo ha ordenado la suspensión de la transferencia de armamento a Ucrania. También ha cancelado el suministro de información de inteligencia del Pentágono, esencial para frenar la ofensiva de Rusia. La decisión ha sido confirmada este miércoles por el director de la CIA, John Ratcliffe, en una entrevista en la cadena estadounidense Fox Business. El lunes trascendió que el presidente de Estados Unidos había dado la instrucción de detener el suministro de armas todavía por entregar, pendientes del mandato del expresidente Joe Biden, pero se desconocía si la información de inteligencia para Kiev continuaba abierta. La noticia es un serio aviso para los intereses de Ucrania porque, como han reconocido militares y políticos ucranios, estos datos son, quizá, la aportación más importante de EE UU al país invadido.
En declaraciones a la prensa en la Casa Blanca, el consejero de Seguridad Nacional, Mike Waltz, ha confirmado la decisión. Estados Unidos “ha dado un paso atrás”, ha apuntado el alto cargo, para revisar “todos los aspectos” de sus lazos de inteligencia con Ucrania. Waltz, no obstante, ha dejado una puerta abierta a la reconstrucción de la relación con Kiev —y, con ellos, la posibilidad de revertir los castigos de los últimos días—, al indicar que Washington se encuentra en contacto con su teórico aliado para avanzar en el cierre de un acuerdo económico sobre los recursos naturales ucranios y un posible acuerdo de paz con Rusia.
Las palabras de Waltz, y el anuncio de Ratcliffe, han llegado apenas horas después de que Trump se ufanase, en su discurso ante ambas cámaras del Congreso de EE UU el martes por la noche, de que Zelenski le había enviado un contrito mensaje de agradecimiento, tras el rapapolvo en el Despacho Oval que desencadenó la crisis. En su mensaje, que el estadounidense describió como una carta, pero que el ucranio colgó también en redes sociales, Zelenski expresa su deseo de paz y subraya que “nadie tiene más interés en ella” que su pueblo. También elogia el “fuerte liderazgo” de su homólogo —el tipo de lenguaje que desea ver Trump— y expresa su disposición a negociar con Rusia, según Trump.
Las autoridades ucranias se muestran de momento cautas. El primer ministro, Denis Shmihal, aseguró el martes que no habían detectado una interrupción de la ayuda estadounidense, y fuentes del Gobierno ucranio han reiterado lo mismo el miércoles a la agencia Bloomberg. El Estado Mayor del ejército ucranio y la cúpula de sus Fuerzas Aéreas dijeron el martes a EL PAÍS que no podían comentar si se había producido o no una reducción de la información de inteligencia que reciben de la OTAN y de EE UU.
El anuncio de Ratcliffe ha sorprendido en Ucrania porque llega pocas horas después de que Zelenski realizara un acto de contrición a través de sus redes sociales a favor de los intereses de Trump. El presidente ucranio afirmó que se pone al servicio “del fuerte liderazgo del presidente Trump para conseguir una paz duradera”, además de proponer un alto el fuego parcial a Rusia. Zelenski omitió su exigencia de que EE UU le garantice medidas de defensa futuras a cambio de acceder a negociar una tregua con el ruso Vladímir Putin. Estas garantías de seguridad fueron el principal motivo de la pelea que se produjo el 28 de febrero entre Zelenski y Trump. El líder estadounidense se niega a comprometerse en qué ayuda militar aportaría a cambio de suscribir el acuerdo bilateral que otorgaría a EE UU acceso al 50% de los minerales de Ucrania.
El presidente ucranio ha mantenido este miércoles una entrevista telefónica con el canciller alemán, Olaf Scholz, en la que ha repetido que “terminar la guerra es totalmente posible gracias a la coordinación [con Europa] y al liderazgo de EE UU”.
Zelenski admitió el martes que en la última semana se estaban produciendo “señales” de que EE UU estaba preparando una suspensión de su asistencia para la defensa del país invadido. Su rectificación pública se enmarca también en lo que el propio presidente ucranio ha reiterado este febrero: “Sin EE UU, las opciones para Ucrania de sobrevivir son muy bajas”.
Washington ha aportado entre un 32% y 40% del potencial militar ucranio durante los tres años de guerra. La asistencia estadounidense es clave en sistemas de defensa antiaérea, en componentes para artillería y aviación, en misiles de precisión y también en sistemas de comunicación. Además, Starlink, la compañía de internet por satélite de Elon Musk, hombre de confianza de Trump, aporta un servicio de comunicaciones fundamental para miles de unidades ucranias en el frente, también para la navegación de sus drones.
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Source: elpais.com