Los hinchas del Liverpool que se reúnan en Anfield este martes tendrán la oportunidad de asistir a un fenómeno de una pureza que no se veía desde que se retiró Joaquín Sánchez, último eslabón de la saga de magos que se remonta a Ribéry, Figo, Chris Waddle y así, hasta Garrincha. Dribladores de la especie suprema que no necesitan del cambio de ritmo fulminante para despachar a sus víctimas pues dominan el arte mágico de la conducción del balón sin necesidad de poner un ojo en la pelota. Khvicha Kvaratskhelia ha heredado el don. A su poder se aferrará el Paris Saint-Germain para remontar el 0-1 de la ida, avanzar a cuartos de final de Champions y cambiar la historia, que es terca. Nunca en siete intentos un equipo francés logró imponerse en Anfield en la vuelta de una eliminatoria de competiciones de la UEFA.
“Yo amo el fútbol”, dijo Kvaratskhelia con el ceño arqueado, la mirada fija y el gesto concentrado de gravedad cuando ayer le preguntaron qué opinaba de su arte del regate. “El fútbol me gusta porque es un juego de equipo. No pretendo que el regate sea bonito si no sirve para ayudar al equipo a ganar. El dribbling sirve para conseguir resultados. De otro modo no me interesa”.
Como hacían Figo y los especialistas más dotados, Kvaratskhelia puede llevar la pelota pegada al pie mientras concentra su mirada en estudiar los pies del contrario que viene a cerrarle. Así va orientando a los defensas con toques sutiles y golpes de cintura hasta llevarlos a pisar en falso y ganarles la espalda por la derecha o por la izquierda, pues domina los dos perfiles de cada pie. Conseguir esto de manera continuada es algo que está al alcance de muy pocos. Cuando Kvaratskhelia está inspirado alcanza una suerte de trance: parece indefendible. A los seguidores del Nápoles les recordaba a Maradona. Un analista que informó al PSG solo le señaló un defecto grave. Por su carácter, a veces incurre en lagunas de indiferencia. En las últimas temporadas en el Nápoles, perdió el norte de la ambición. Se enfrió. Pero ahora, con 24 años, se muestra inflamado. Excitado ante la idea de ocupar el hueco que dejaron Mbappé y Neymar en la franja izquierda del ataque del PSG, aunque Luis Enrique le mande permutar posiciones con Dembélé y Barcola.
Luis Enrique advirtió que dará orden de carga a discreción. “El 0-1 de la ida nos encarrila claramente en un sentido”, dijo el técnico del PSG. “No podemos especular. Ahora estamos eliminados, con lo cual solo nos queda una opción: salir a ganar. Sabemos que es un estadio mítico con una historia muy potente. Jugar un gran partido contra un muy buen Liverpool y hacerlo en su terreno es una motivación. Yo, ante las dificultades, no tengo freno”.
Los precedentes de paso de equipos franceses por Anfield en eliminatorias arrojan un total de siete derrotas con un balance de goles de 19-1 desde 1977. La historia es difícil de driblar, pero para eso fichó el PSG a Khvicha Kvaratskhelia.
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Source: elpais.com