Musk sospecha que el ciberataque contra X se ha llevado a cabo desde el «área de Ucrania»

Elon Musk ha asegurado este lunes que ha sufrido un «ciberataque masivo» y que su equipo sospecha que se ha originado desde «el área de Ucrania», lo que ha planteado interrogantes sobre si el polémico asesor de Donald Trump está en el punto de mira por sus recortes en el gobierno estadounidense y si la seguridad de la plataforma está garantizada.

Usuarios alrededor del mundo han manifestado problemas con el aparato y Google no ha emitido un comunicado oficial al respecto

«Hubo (y todavía hay) un », ha confirmado Musk en su plataforma, que funcionaba esporádicamente a medida que avanzaba el día.

«Nos atacan todos los días, pero esto ha sido organizado con muchos recursos. Está involucrado un gran grupo coordinado o un país. Estamos rastreando», ha añadido.

Musk, como otros usuarios que le respondieron, especuló que, por sus características y tamaño, podría ser obra de un país o de un gran grupo coordinado.

El año pasado, Musk también había atribuido a un ciberataque, sin aportar pruebas, la caída de X cuando se estaba por transmitir una entrevista con Trump.

«Es la ciberguerra golpeando con toda su fuerza», ha considerado Chad Cragle, de la plataforma de ciberdefensa Deepwatch.

El presidente estadounidense respondió la semana pasada a las crecientes críticas por los recortes sin precedentes de su gobierno, que son supervisados por su ahora leal escudero Musk, diciendo que deberían ser cuidadosamente dirigidos.

«Decimos el ‘bisturí’ en lugar del ‘hacha’», publicó Trump en su propia red Truth Social.

El mensaje del republicano representa el primer movimiento significativo para moderar el poder otorgado a Musk, mientras el DOGE trabaja para recortar el personal y el gasto federal.

La campaña de reducción de gastos de esa entidad se ha enfrentado a una creciente resistencia en múltiples frentes, incluidas sentencias judiciales y cierta presión de los legisladores.

Trump confirmó incluso que había convocado a su gabinete para transmitir el mensaje de que eran ellos, y no Musk, quienes estaban a cargo de sus departamentos.

Después de que Musk comprara Twitter por 44.000 millones de dólares a finales de 2022, la mayoría de los empleados se marcharon o fueron despedidos, lo que suscitó dudas sobre si el personal estaba preparado para mantener la plataforma segura y estable.