Si el reto es matar a un dragón, que sea en casa. Sobre todo si la casa es este Metropolitano volcánico que se enciende aun más con las visitas del Real Madrid, esa criatura que tanto ha martirizado al Atlético en la Champions. Esta miércoles (21.00, Movistar), regresa, con la duda de Mbappé, para dirimir los octavos de final después del 2-1 de la semana pasada en el Bernabéu. El cruce, tan repetido, los sitúa a ambos al límite sobre un escenario abrasador.
El último disgusto fue también la última función europea del Calderón. Este derbi es la primera visita del Madrid en la Champions al Metropolitano. Entre las dos citas, los atléticos sienten que su nueva casa ha ido recobrando aquella vieja alma efervescente que empujó al equipo a eliminar al Barça en 2014, una de sus noches más memorables. La comparan a los penaltis del año pasado contra el Inter, o los malos ratos que sufrieron el Liverpool en 2020 y el Manchester City en 2022. Contra el Madrid, con Vinicius en la diana, las revoluciones se desbocan, como sucedió en el sonrojante derbi de septiembre, suspendido unos minutos por el lanzamiento de mecheros.
La desventaja con la que parte su equipo les obliga a menos cautelas que en la ida, como predijo Tchouameni: “El Atlético de Madrid va a jugar un partido muy ofensivo”. Pero anunció que su plan no pasa por la contención: “Hemos ganado el primer partido, pero mañana [por este miércoles] no vamos a ir ahí a intentar solo empatar. No. Queremos ganar este partido también”.
Rodrigo de Paul anticipó un cruce con muchas aristas: “90 minutos es muy largo. Vamos a vivir un montón de situaciones en el partido. Tenemos que ser inteligentes y ver en qué momentos ir a buscar el gol que necesitamos para empatar la serie y en qué momentos tener tranquilidad”.
A Simeone le inquieta la verticalidad del Madrid, con Vinicius, Rodrygo, Bellingham y Mbappé. Aunque el francés, desdibujado en la ida se convirtió este martes en la gran incógnita del derbi: no se entrenó con el grupo por molestias en un tobillo. Hasta última hora será duda si pisará por primera vez el Metropolitano, la caldera en la que los vecinos se repartirán el pase a cuartos y la gran decepción del curso. “El único que sabe y tiene claro lo que va a pasar es Dios”, sentenció Simeone justo antes de levantarse y abandonar la sala de prensa.
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Source: elpais.com