Pedri encontró su redención en un partido que también permitió las enmiendas de Luis de la Fuente. La rareza del formato, una eliminatoria a doble partido, le abrió la posibilidad de virar, algo que hizo desde la alineación, con cuatro cambios. El de Cubarsí era obligado, por lesión. Volvió a jugar Dean Huijsen, aún más suelto que en su debut en Róterdam, un estreno bajo los silbidos de la que pudo ser su hinchada. Pero él eligió la que llenaba Mestalla, que entabló un breve pulso con los neerlandeses desplazados, que insistieron con la pitada, en sordina bajo los aplausos. El central del Bournemouth destapó un exquisito catálogo de pases filtrados que culminó con una asistencia a Lamine en la prórroga para el 3-2.
Tampoco aparecieron en el once Pedro Porro, Pedri y Morata, sustituidos por Mingueza, Olmo y Oyarzabal. Las dudas que pudiera despertar el meneo al once se evaporaron en cinco minutos. Nico Williams enfiló hacia el área, donde quedó vagando el balón. Oyarzabal acudió a cercarlo con el cuerpo y Van Hecke le atropelló. El penalti lo embocó el propio delantero de la Real. De la Fuente había dejado fuera a Morata, su capitán, pero este movimiento tan infrecuente había quedado justificado al instante.
El resto de las correcciones también parecían encajar. La Roja se juntaba más al defender y pisaba más cerca de Unai Simón, lo que dificultaba las acometidas de Países Bajos por las bandas. Nico Williams retrocedía muchos más pasos, casi hombro con hombro con el energético Cucurella, y de repente había desaparecido aquel espacio que tanto castigó Frimpong en la ida.
Países Bajos trataba de desajustar la fortaleza a golpe de pase, De Jong para allá, Reijnders para acá. Pero el pelotón de Luis de la Fuente se movía solidario al ritmo dictado por Le Normand.
Países Bajos aguantaba las acometidas y a la vuelta del descanso subió la intensidad y empezó a encontrar por el centro a Memphis, desaparecido en el arranque. Y por ahí sacó el empate, el primero de los tres de la noche. El delantero se desvaneció al lado de Le Normand y el árbitro encontró penalti en el lance. Memphis acertó con el tiro.
La eliminatoria regresó al punto de equilibrio inestable que parecía apoyarse solo sobre el filo de las contras de España. El destino caía del lado de Koeman, hasta que volvió a arrancar Lamine lanzado en diagonal hacia el centro. Pasó el relevo a Nico, que volvió a pisar el área, como las veces que le había frustrado Verbruggen. Escogió distinto. Dejó solo a Oyarzabal, que primero remató al portero y luego marcó de cabeza.
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
Source: elpais.com