El Madrid ha cogido velocidad en la parte decisiva de la temporada. El conjunto blanco derrotó con mano firme al Olimpia Milán y siguió su escalada en la Euroliga cuando restan tres jornadas para el final de la fase regular (París en casa y dos visitas a Belgrado, a Estrella Roja y Partizán, es lo que les espera). El músculo en el rebote (16 capturas más), la mejoría en el triple y el brillo de Musa (21 puntos) y Tavares (19 y siete rebotes) certificaron el triunfo ante el equipo dirigido por Ettore Messina y liderado por Nikola Mirotic (14 puntos). El exmadridista y exazulgrana fue pitado con la misma intensidad con que fue ovacionado Causeur en la vuelta a su antigua casa. El Madrid se dejó de sentimentalismos y abrochó una victoria de gran peso ante un rival directo por entrar en las eliminatorias por el título, aunque se le escapó por un dedo la diferencia particular de puntos: venció por siete, 96-89, cuando en la primera vuelta cayó por nueve en Milán (85-76).
El típico mate de Tavares abrió el baile de los blancos, otra vez lanzados en el amanecer del encuentro. Entre el gigante y un Garuba que parece otro, más fresco de piernas y de cabeza, el Madrid apretó a fondo el acelerador (12-3). Abalde percutía en el perímetro y Deck aportaba esa energía que el conjunto de Chus Mateo echó de menos cuando el argentino estaba lesionado. El Milán solo probó una canasta en juego en los primeros cuatro minutos, incapaz de contener a un rival que corría impulsado por Campazzo y que levantó un muro en defensa. Garuba y Tavares se ponían morados en la zona (24-9), Bruno Fernando tomó el relevo interior y los madridistas alcanzaron el descanso sin apreturas: 31-16.
WHY ALWAYS HIM?
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El dúo Campazzo-Tavares jugaba al tuya-mía. El Milán, a pegar más bocados desde lejos, ahora Leday y Causeur. De fallarlo todo a no fallar una por esos misterios del baloncesto. Había despertado además Leday. Garuba se ganó una antideportiva por empujar a Mirotic y el hispano-montenegrino enlazó los tiros libres con un triple para apretar la noche. Era su momento (63-59). Los blancos sumaban varias pérdidas en uno de esos paréntesis de desconexión y al rescate acudieron Campazzo con un bingo lejano y una poderosa penetración y Tavares como señor bajo el tablero. El Madrid es otro cuando el Facu lee la partitura. El base devolvió el partido a sus dominios (78-63).
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Source: elpais.com