Y mientras esto sucede en Europa, al otro lado del Atlántico se ha impuesto una forma de ver el mundo que altera profundamente el orden mundial que Estados Unidos tanto contribuyó a crear, que tanto le ha beneficiado y que bajo Trump se apresta a destruir: tras arremeter contra sus socios militares en la OTAN, ahora Washington ataca el comercio global que defendió a capa y espada el gran héroe del Partido Republicano, Ronald Reagan. Estados Unidos cierra fronteras, vínculos económicos y alianzas geoestratégicas en una política de creciente aislacionismo, mientras proclama, como el célebre titular de la prensa inglesa “Fuerte tormenta en el canal de la Mancha: el continente, aislado”, que el resto del mundo se está quedando fuera. “El sistema de comercio global que contribuimos a crear ha dejado de funcionarnos”, considera John Lipsky, antiguo asesor del Fondo Monetario Internacional y ahora en el think tank Atlantic Council.
Precisamente China es uno de los países más castigados por Trump. Sus aranceles no siguen una lógica aparente: calculados con una fórmula sui generis que divide los déficit comerciales bilaterales por la importaciones, castigan más —con la enorme excepción de China, el gran rival económico y geopolítico de Estados Unidos— a los países amigos que a los adversarios: Irán queda menos golpeado que Japón, con un 24%. Rusia no se ve afectada, con el argumento inexacto de la Administración republicana de que no comercian “con ellos”. Corea del Norte tampoco aparece en las listas. Pero incluso el aliado inquebrantable Israel, que había eliminado sus aranceles a Estados Unidos para evitar medidas recíprocas, recibe un 17%.
Full support for the @EU_Commission in trade negotiations with the US.
Trade is a powerful engine of global prosperity. The EU will remain a staunch advocate for free and fair trade.
We will engage with all our partners and continue to strengthen and expand our trade network.…
“La incertidumbre sobre aranceles futuros implicará que los mercados internos importarán más de lo que hacían hasta ahora, cuando las empresas decidan dónde invertir”, apunta en un análisis la consultora Capital Economics. En Asia, la fábrica del mundo y muy castigada por las medidas estadounidenses, “la India, Indonesia o Filipinas parecen más atractivas, en un sentido relativo; aranceles más bajos que otros y, en el caso específico de la India, un mercado interno de gran tamaño”.
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Source: elpais.com