Una primera muestra de que la UE está dispuesta a “defender sus intereses”, es decir, responder ―al menos, con aranceles― llegará el miércoles. Bruselas llevará al Consejo de la UE la propuesta definitiva para responder a la primera subida arancelaria de la Administración estadounidense, el 25% al acero y al aluminio. Lo previsible es que se apruebe, según confían varias fuentes comunitarias, tras varias semanas de negociaciones en las que ha habido países que han presionado bastante, como Italia, para hacer modificaciones a la primera propuesta de represalias. Será una toma de temperatura clara del nivel de unidad que se precisa para ir a la guerra comercial contra Estados Unidos.
Sefcovic mantiene la línea que está imperando en Bruselas durante estas semanas de no dar detalles sobre qué sucede en las conversaciones a puerta cerrada con sus interlocutores estadounidenses. Pero en las palabras que ha elegido el eslovaco, diplomático de profesión, para calificar el primer contacto que ha mantenido con Lutnick, se intuye que la conversación ha sido difícil. El tono del mensaje es bastante diferente al que publicó ―también en la red social de Elon Musk, por contradictorio que eso pueda parecer en la actual situación― la semana pasada tras reunirse con el secretario de Comercio en Washington. Entonces habló de “objetivos compartidos por ambos lados”, “conversaciones sustantivas” y “trabajo duro”. Este viernes el único elemento positivo al que agarrarse es que los contactos van a continuar, como ha anunciado el propio comisario.
También puede ser que Sefcovic haya escarmentado con lo sucedido el pasado 25 de marzo. Apenas acabó esa reunión y se subió al avión, Trump anunció aranceles del 25% a los automóviles y componentes importados. Aquello fue muestra de lo difícil e improductivos que están siendo, por el momento, los contactos entre Washington y Bruselas. De hecho, el presidente norteamericano todavía no ha hecho hueco en su agenda para verse con la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen.
Falta ahora por saber qué espacio ve Washington para los contactos con la UE, sobre la que Trump ha dicho cosas muy duras. Las reuniones anteriores no sirvieron de mucho. Tras ellas, los europeos llegaron a la conclusión de que nada iba a detener el anuncio de este miércoles y que si había espacio para la negociación llegaría después. De ahí esa insistencia por parte de todos los portavoces y responsables de la Comisión. Pero tampoco se puede negar que cunde el pesimismo en este momento.
En Bruselas se encuentra cierto consuelo en lo que está pasando en los mercados. No falta quien piensa que tal vez los números rojos de estos días ablanden la posición norteamericana. La hemorragia bursátil era fácilmente previsible. Es la consecuencia lógica del anuncio de los aranceles masivos: el riesgo de recesión crece, especialmente en Estados Unidos, y los inversores actúan en consecuencia. La divisa estadounidense, por ejemplo, ha perdido casi el 7% de su valor respecto al euro desde que Donald Trump regresó a la Casa Blanca.
La presencia de Rubio, cuyo último acto público antes de volar a Bruselas fue asistir a la puesta de largo de los llamados “aranceles recíprocos” en los jardines de la Casa Blanca, ha llevado la guerra comercial al cuartel general de la organización militar, pese a no estar en la agenda. La inquietud manifestada por algunos aliados es la incongruencia de que Washington reclame, por un lado, más esfuerzos en el gasto en defensa y que, a la par, imponga unos aranceles que impactarán fuertemente en la capacidad económica de esos mismos países.
En cambio, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, que ha hecho durante toda la cita ministerial grandes esfuerzos por no contrariar a Washington, rechazó que los aranceles supongan una violación de las normas que rigen la Alianza. “No creo que esto infrinja el Artículo 2. No, no lo creo. Hemos visto en el pasado muchos ejemplos de diferencias de opinión, de peleas por los aranceles. Esto ha ocurrido antes sin que ello suponga una violación del Artículo 2″, dijo a periodistas al término de la reunión de dos días.
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Source: elpais.com