Entre Messi y Yamal, Ansu Fati, el eslabón perdido

Ansu Fati sonreía. Era el minuto 86 frente al Borussia Dortmund, y el Barcelona vencía cómodamente por 4-0 en el Estadi Olímpic. Raphinha se acercaba a la banda, y lo abrazaba, mientras el público de las gradas coreaba el nombre de Ansu. No jugaba desde el 4 de enero ante el Barbastro, cuando apenas completó media hora de partido. Han pasado tres meses y 21 partidos relegado al banquillo o fuera de las convocatorias. Y eso que Fati fue el futbolista que sostuvo la ilusión de un barcelonismo huérfano de ídolos. Pero su luz se apagó, quedándose a medio camino entre el peso del recuerdo del 10 de Leo Messi y la explosión de Lamine Yamal, por quien entró ante el Dortmund. Cuando pisó el césped, fue protagonista de una última acción. La afición le aplaudió, y se emocionó con él. Sus compañeros también. “Ansu es mi mejor amigo en el vestuario y fuera del fútbol. Paso mucho tiempo con él, ha sufrido mucho y me alegro de que haya tenido esta oportunidad. Yo lo veo bien, trabajando día a día, esperando su momento”, aseguró Alejandro Balde tras el partido.

”Queremos tener en cuenta lo que ha estado entrenando, y hoy se lo merecía”, añadió Hansi Flick. En invierno, el alemán le dejó claro que no contaba con él, pero el delantero rechazó ofertas de otros clubes. “Ansu quiere volver a ser importante”, aseguraban entonces desde su entorno; quería seguir en el Barça. “No está en una situación sencilla”, explicaban otros. Pese a su reticencia para marcharse y su desafortunada travesía en el Brighton, ahora comprende que debe buscar minutos fuera del Barcelona, con la mirada puesta en Europa.

El camino no ha sido sencillo. En pretemporada ilusionó a Flick, que tenía el reto de resurgir al canterano; con el tiempo, el alemán se desencantó. “Lo único que puedo decir sobre los futbolistas es que den el 100% para demostrarme que deben jugar más”, dijo el técnico azulgrana. El tiempo pasaba, y Fati seguía en el mismo punto: ha disputado nueve partidos —uno como titular—, un total de 191 minutos y no ve portería con el Barça desde 2023. Contra el Betis, salió a calentar, pero volvió al banquillo.

Su ausencia constante despertaba las mismas preguntas en rueda de prensa. “¿Qué pasa con Ansu Fati? ¿Le veremos este fin de semana?”. Flick contestaba con aspereza. Ante el Dortmund, las palabras del alemán se suavizaron: “Yo he hablado mucho con Ansu sobre lo que espero de él. En las últimas semanas lo ha dado todo en los entrenamientos. Nunca hago promesas de quién va a tener minutos y quién no. Hay que ver la situación actual, cómo va el partido… hay muchos otros factores. Con este resultado estaba claro que podíamos contar con él”.

Ansu, símbolo de La Masia, es el eslabón perdido entre Leo Messi, de quien heredó el dorsal —”quizás darle el 10 se convirtió en un problema”, asegura un empleado del club— y Lamine Yamal, quien ahora ostenta la ilusión del barcelonismo. Ansu también perdió la sonrisa, y ante el Dortmund la recuperó, sea o no por un día.

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