El efecto Flick ha revitalizado a los futbolistas azulgranas. “Soy sincero con los jugadores”, acostumbra a repetir el alemán. La fórmula parece haber funcionado. “Es un entrenador muy abierto, las conversaciones son muy sinceras. El equipo ha hecho un cambio enorme”, confesó Eric García a Barça One. Raphinha se ha convertido en un capitán y un goleador incansable; Ferran Torres pasó de eterno suplente a buscarle las cosquillas a la titularidad de Lewandowski; el polaco vive su segunda juventud en persecución de sus mejores récords goleadores. “Lo más importante es que nosotros como staff hablamos el mismo idioma con los jugadores. Cuando llegamos, teníamos una idea de estilo de juego: ofensivo, con las líneas arriba… no es fácil. Pero nunca nadie lo cuestionó. Todos nos han seguido”, aseguró el alemán. Y uno de esos jugadores es Eric García, titular con Ronald Koeman, menos presente con Xavi Hernández, imprescindible con Míchel y una pieza versátil para Hansi Flick, que cuando le ha necesitado, ha aparecido.
“Un equipo no se trata del once titular, sino de los 26 jugadores que tenemos, y eso marca la diferencia. Cualquiera que pueda jugar puede aportar y demostrar su mejor nivel”, aseguró el alemán. Pero para Eric no fue sencillo al inicio. Salió después de una década en La Masia al Manchester City de Guardiola en 2017, regresó cuatro años más tarde al Barcelona y salió cedido la temporada pasada al Girona. Este verano volvió, con la cabeza en Montilivi, y Míchel deseando ficharlo. “Nunca lo he tenido fácil aquí desde que llegué. El año pasado tuve que salir. Me tocaba crecer como jugador. Cuando vuelves, sabes que no será fácil, con un entrenador nuevo y una pretemporada en la que no pude estar”, aseguró Eric.
Flick frenó su salida al Girona: necesitaba al canterano después de las lesiones de Christensen, Marc Bernal y Araujo. El alemán le dio su oportunidad, pero Eric se lesionó en octubre, perdiéndose siete partidos por pubalgia. Mientras, veía cómo se recuperaba Frenkie de Jong, Gavi y Araujo. “Al principio de temporada fue más duro. El míster confiaba o prefería otros jugadores”, aseguró el central. En invierno, Míchel le volvió a esperar con los brazos abiertos. “Eric es un jugador que hemos intentado incorporar. Sus últimos partidos han sido muy buenos y eso lo ha visto Flick”, comentó Quique Cárcel, director deportivo del Girona. Una vez más, Flick cerró la puerta. “Quiero que te quedes. Tendrás la oportunidad de jugar al 100% y para mí estás en una posición diferente”, le dijo Flick.
Contra el Girona cumplió 100 partidos con el Barcelona, y en 2026 termina contrato. Esta temporada suma 33 encuentros y tres goles, uno en cada competición. En el vestuario es uno de los jugadores que aporta buen ambiente: junto con Ferran, Pedri, Dani Olmo e Iñigo juegan al dominó después de comer. Flick confía en él, y saca su mejor versión. Silencioso, pero eficiente.
El Barça visita este sábado al Leganés para defender el liderato, mientras se habla ya de la continuidad de Flick, feliz con equipo y club. “No soy un entrenador que quiera firmar un contrato de tres años y asegurar mi futuro. Mi mentalidad es ir año a año. Me queda uno, y si las cosas van bien, otro más”, confesó Flick en una larga respuesta. El primer paso, vencer al Leganés, y apuntalar, poco a poco, la Liga.
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Source: elpais.com