Una hora de batalla, media sin discusión: Alcaraz sigue creciendo en Barcelona

“¡Vamos animal!”, le empuja uno desde la tribuna, a lo que él responde y suelta un grito feroz cuando araña el juego que le guía hacia la zona dulce: 6-5 arriba, dispuesto a cortar al resto. Y el australiano, a pensar; el más mínimo desliz le pondría contra las cuerdas. Duda, y de repente le cae encima la descarga. Bola de set para Alcaraz y suena el pataleo metálico de los pies sobre la grada, anticipo en Pedralbes de que algo va a suceder, pero se resiste la primera, que no así la segunda; el envío demasiado largo del oceánico decanta por fin el set. Lo ha masticado el de El Palmar como buen rumiante, magnífico indicativo a estas alturas de la preparación. En la arcilla hay que currárselo.

Así que agacha el lomo Alcaraz y hace la sentadilla, cuádriceps en tensión y apoyos firmes para ganar fuerza de donde no la hay, porque la pelota llegaba mansa y obliga a una maniobra física al alcance de muy pocos: ¡Pam! ¡Ahí la llevas! ¡Vete a buscarla si te atreves! Riñones y pasante ganador. Pero De Miñaur, ya se sabe, no es de los que afloje, intenso siempre él, y contrataca: ¡Zasca! Venga, Carlitos, a ver si pillas esa, pero nada; cae en manos de la jet set del palco. Pende el partido todavía de un fino hilo en el inicio del segundo set, más toma y daca, igual de equilibrado y sin concesiones por una ni otra parte hasta que la cuerda se rompe otra vez a favor del ganador, meritoria la victoria.

Acostumbra el de El Palmar a la vía del brillo, pero el registro demanda otra cosa en estos días de progresión y búsqueda de sensaciones. Sentadas las bases en Montecarlo, el número dos continúa puliéndose y reencontrándose como competidor en arcilla, acomodándose en el proceso de transición. Reforzándolo con este trabajado avance en Barcelona. Son ya tres triunfos en dos sets —23 ya esta temporada, más que ninguno; uno por encima del australiano— y una nutritiva presencia sobre la pista, sin angustias. Logrado el break que por fin lo desnivela todo, al sexto juego, alza los brazos y celebra otra vez: Pedralbes, mañana hay otra cita. Enfrente, un pegador llamado Fils.

De Carlos a Jaime, es el día de los hermanos Alcaraz. Si el mayor de los cuatro hermanos (21) de la familia ha brillado conforme iba cayendo el sol, por la mañana ha sido el menor (13) el que acaparaba la atención en la pista 2 del Real Club de Tenis Barcelona 1899 (RCTB).

Más allá de victoria registrada contra Tim Franco en el torneo de los sub-14 (6-3 y 6-2), todo el mundo quiere comprobar cómo juega Jaime, que hace nada era un retaco y que ahora, poco a poco, ha empezado a dar el estirón. “Míralo, es igualito; anda igual que el hermano”, compara una aficionada.

“Tiene una derecha que nos suena…”, le deslizan a Alcaraz en la sala de conferencias, a lo que el bicampeón del Godó contesta: “Hoy he venido antes para verle. Ha hecho más dejadas de la cuenta, no sé a quién habrá salido… Le encanta el tenis, y eso es lo más importante. No sé hasta dónde llegará, pero tengo muchas ganas de que vaya a entrenar y que mejore”.

El dos del mundo ha sorteado una ronda peliaguda a base de “paciencia” y de “trabajar los puntos”, de pensar que cada uno de ellos iba a ser “una batalla”. Quita hierro al estado de la pista, a la que a mediodía Alejandro Davidovich ha comparado en un arrebato con “Marrakech”, y también al hecho de que Fils apenas haya tenido que jugar por la lesión de Tsitsipas.

“Tiene físico de sobra para aguantar lo que le venga. Aunque no hubiera pasado eso, creo que mañana hubiera estado a su cien por cien igualmente. Quiero pensar que estará descansado, pero quizá sin ritmo. No habíamos jugado nunca, y ahora, en dos semanas, dos partidos seguidos con él…”, apunta.

El francés, de 20 años, ha escalado hasta el puesto 14 del ranking y es una seria amenaza. En el Principado no estuvo lejos de tumbar al español y en los cuatro últimos torneos que ha disputado (Indian Wells, Miami, Montecarlo y ahora Barcelona, aquí un peldaño más) ha alcanzado los cuartos.

En el otro cruce, a las 13.30, se enfrentarán Karen Khachanov (6-4 y 7-5 a Davidovich) y Holger Rune (6-4 y 6-2 a Casper Ruud).

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