“Mi novia habla con todo el mundo, a mí me dan muchos celos y ella se enfada conmigo”, escribe un joven en la plataforma Bróders, lanzada el 17 de febrero y dirigida a chicos de entre 14 y 19 años. Es un espacio virtual para que los adolescentes compartan lo que les pasa por la cabeza y les preocupa con asesoramiento gratuito. “Uno de los problemas que tengo es que estoy gordo y me doy cada vez más asco”; “me gusta una niña de mi clase y no sé qué hacer”; “en los últimos años todos mis amigos han sufrido un cambio ideológico brutal, se han vuelto fachas”; “cómo pedir salir a una chica”; “antes creo que se fijaban más en mí”, son solo algunos de los mensajes que ya han dejado en el muro de la web.
Consultaron estudios, rastrearon redes sociales y hablaron con otras organizaciones. El 52% de los chicos de 16 a 24 años está muy o bastante de acuerdo en que “se ha llegado tan lejos en la promoción de la igualdad de las mujeres”, que ahora se les discrimina a ellos, casi ocho puntos más de lo que opina el conjunto de los hombres, según el CIS. En su trabajo de investigación, el equipo de Iglesias encontró la Fundación Iniciativa Social (FIS), dedicada desde 2004 al desarrollo educativo y a la igualdad de género, y decidieron desarrollar conjuntamente la plataforma.
Moreno, fuera de la plataforma, realiza un taller llamado El hombre que quieres ser, en el que da unos folios a los adolescentes y les pide que ilustren a un varón con todo lujo de detalles. “Casi siempre sale el mismo tipo de dibujo, un chico armado cercano al narcotráfico, musculado y con un pene por debajo de la rodilla”. Después, les pregunta en qué piensa: “Mujeres, fútbol, sexo o dinero”, es la respuesta más socorrida.
Arias Huertas, de 28 años, ejerce como voluntario en la plataforma Bróders. Es asturiano, vive en Sevilla y está estudiando un ciclo de Promoción de la igualdad de género. Recibió formación virtual específica en violencia, sexualidad y teorías feministas para poder sumarse al proyecto. Cuenta que en su familia “ha tenido una figura masculina totalmente ausente” y que sus “relaciones con hombres siempre han estado atravesadas por la violencia y han sido carentes de cariño y ternura”. Por ello, se sumó a la iniciativa.
La mayor parte de sus amigas en algún momento han sido. “Es un panorama muy turbio, conectar con todo este dolor, que me atraviesa el cuerpo, me hace querer cambiar mi propia realidad y buscar otras relaciones más sanas”, revela. Dice que en los talleres en los que ha participado los chicos forman grupos y tienden a ponerse a la defensiva, “como si estuviesen en guerra con el feminismo o se sintiesen atacados como hombres”. Sin embargo, percibe que si habla con ellos de forma individual su concepción es diferente, “más positiva”.
Y de esto, desde otra perspectiva, habla también Antonio Fernández ―conocido como el Detective Murciano, tras su paso por La Revuelta―, que grabó un vídeo para la plataforma porque le gustó el mensaje que transmite. “La cuestión de que no hablemos o no digamos lo que sentimos tiene que ver con la educación que hemos tenido y a veces es cuestión de orgullo, de decir ‘no, no, yo estoy bien’, como si no pudieras estar mal”, dice. Él, a veces, como todos, ha estado “clavado en algo” y luego, con el tiempo, ha pensado “esto tenía que haberlo hablado antes”.
El último informe de la consultora LLYC, Sin filtro, apunta hacia esos espacios intermedios en las redes, señalando que la polarización cada vez mayor en este tema está provocando un “hueco” en el que pueden darse debates sin insultos ni mentiras. Pero existe una “inercia política que ha polarizado el debate y ha dejado de lado a bastantes personas, sin lugares para exponer y recoger dudas en una conversación tranquila”, dice Delgado.
Hace unos días murió uno de los profesores de su instituto, en Madrid, y muchos alumnos fueron al entierro: “Nos ha afectado a todos, a chicos y a chicas, pero lo que aprecié fue que entre nosotros cuesta más hablarlo”. Vio como a algunos se les salía una lágrima, pero se la quitaban rápido. Para él, Bróders es un espacio que va más allá: “No puede ser que todo sea rayarse la cabeza y tener que guardárselo para uno mismo”.
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Source: elpais.com