Arda Güler se engancha a la Liga y el Madrid aguanta el pulso del Barça

No hay visita cómoda a Getafe. Incluso cuando parece que el rival ha domesticado a su criatura feroz, Bordalás es capaz de reavivarla. Como hizo contra el Real Madrid, que por fin había encontrado la armonía alrededor de Arda Güler para seguir persiguiendo al Barça, pero que se despidió de su visita al sur con el susto de una parada de último momento de Courtois a un disparo seco de Álvaro Rodríguez. Acabó la noche defendiéndose después de quedarse con diez por la lesión de Camavinga ya cerca del final. El Getafe se tiró a por el empate, pero el Real aguantó y mantiene el pulso por la Liga.

Para esta parada intermedia Ancelotti dispuso un equipo con un ojo mirando al Barcelona que se va a encontrar el sábado en la final de la Copa y el otro pendiente del Barcelona al que persigue en la Liga. Una parte de su plan se dirigía a dar descanso a Bellingham, Mbappé, Modric, Ceballos, Rüdiger y Rodrygo, y otra a activar a una especie de segunda unidad para sostener la carrera del torneo nacional. Y en medio de esa doble mirada, apareció el Getafe, que empezó con una determinación tremenda y un tiro de Milla a las manos de Courtois, un cabezazo de Mayoral que se marchó fuera de manera sorprendente y un disparo alto de Terrats.

El equipo de Bordalás aprovechó el tramo de adaptación del Madrid de repuesto para buscar a Courtois y sembrar el campo de topetazos. Endrick pasaba más tiempo tumbado después de chocar contra Domingos Duarte que corriendo al espacio. Pero el Madrid se fue reponiendo a esa bienvenida ruda enganchado al mando de Güler. El turco, que ha atravesado el curso con el ceño fruncido por la escasez de oportunidades, encabezó la rebeldía. Agarró la pelota y puso el partido a orbitar con su zurda.

Primero en largo, con un balón a una carrera al área de Valverde, esta vez fino acompañamiento en el centro de la creatividad de Güler. El remate del uruguayo se escapó por encima del larguero, pero el Madrid ya había empezado a sacudirse el entusiasmo de choque del Getafe. El turco fue aflojando centímetro a centímetro la tenaza tensada por Bordalás. Al son que marcaba Güler, la pelota le corría como casi nunca este año al Real. Cuando llegaban a buscarle, ya no la tenía. O usaba la pausa para desordenar el entramado rival. La noche latía cada vez más al ritmo de Güler, y el Madrid le seguía, movido por una melodía reconocible, algo raro este curso.

El turco tocaba asistido por Brahim, otro dominador de la miniatura, y por Tchouameni, una autoridad en el medio, donde barre sin permitir apenas nada al rival.

En pleno periodo de desorientación, cayó lesionado Camavinga y Peter Federico remató de tacón en el área. Courtois paró ese remate y el siguiente de Juanmi. Le faltaba el aire al Madrid, pero aguantó otra incómoda visita a Getafe y sigue persiguiendo al Barça en la Liga a tres días de disputarle la Copa en Sevilla.

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