Los ataques y muertos diarios en Ucrania suponen un mazazo de cruda realidad frente a la indefinición de unas negociaciones indirectas entre Moscú y Kiev que no arrojan luz al final del túnel de la guerra pese a las presiones de Estados Unidos. Una oleada de más de 200 drones y misiles rusos ha golpeado a lo largo de la madrugada del jueves una decena de regiones de Ucrania. La peor parte se la ha llevado la capital, Kiev, que ha sufrido el peor ataque desde el pasado verano. El balance, hasta el momento, es de 12 muertos y casi un centenar de heridos, entre ellos seis niños y una embarazada, según las autoridades municipales, militares y del Gobierno. El presidente Volodímir Zelenski ha anunciado que acortará el viaje que está realizando a Sudáfrica por la crisis en su país y ha insistido en que se “intensifiquen los esfuerzos diplomáticos” para alcanzar un alto el fuego.
Todavía se busca a personas desaparecidas entre los restos de edificios golpeados a lo largo de varias horas en distintos distritos de la ciudad. Los rescates de heridos y cadáveres se han sucedido en medio de incendios y derrumbes de edificios de apartamentos, vehículos, garajes y locales comerciales. “La paz rusa en todo su esplendor”, resumía en medio de los bombardeos Tymur Tkachenko, jefe de la administración militar de Kiev, en un comunicado a través de la red social Telegram en el que pedía a la población que se mantuviera en los refugios.
En el barrio de Sviatoshynskyi, el que más daños ha sufrido, Lyudmyla Ryabovol se limita a esperar sentada en una silla en medio de la calle, ya con la luz del día, junto al cuerpo de su madre, Olena Lunivna, de 84 años, inerte y cubierto por una manta. “Estaba mayor, pero todavía no estaba para morir”, suspira en declaraciones a una cámara. Además de Kiev y sus alrededores, el ataque ha golpeado Járkov, segunda ciudad del país, así como las regiones de Yitómir, Zaporiyia, Dnipropetrovsk, Poltava, Sumi y Jemelnitski. Los daños han alcanzado también a la infraestructura ferroviaria, aunque los trenes siguen circulando con normalidad.
Rusia ha lanzado el intenso bombardeo horas después de que una delegación de alto nivel del ejecutivo ucranio, de la que formaba parte el propio Sybiha, se desplazara a Londres para seguir sondeando la senda de un alto el fuego junto a representantes del Reino Unido, Francia, Alemania y Estados Unidos. Esta última delegación acudió descafeinada a última hora, sin la presencia del secretario de Estado, Marco Rubio, ni del enviado especial Steve Witkoff, con lo que Washington daba a entender que la cita no tenía relevancia. No tanto, al menos, como la reunión que Witkoff tiene prevista este viernes en Rusia junto al presidente de ese país, Vladímir Putin.
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Source: elpais.com