Minuto 58. Córner para el Inter. El pase a semifinales de la Champions pendía de un hilo tras el empate global forzado por Harry Kane. Entonces apareció Lautaro Martínez. Capitán desde 2023, líder y goleador incansable, el argentino respondió. Tras el centro al área, el Toro, perfectamente ubicado, cabeceó. El balón rebotó en la pierna de Joshua Kimmich y, sin dejarlo caer, el 10 lo empalmó de primeras con la derecha. El gol enloqueció al Giuseppe Meazza, y Lautaro lo celebró con los brazos en alto frente a la cristalera y su afición. Ese tanto fue el primer paso para el 2-2 ante el Bayern de Múnich, suficiente para que los nerazzurri sellaran su billete a semifinales contra el Barcelona. “Corazón y garra no deben faltar nunca”, aseguró Lautaro de cara al encuentro con los culés.
La Champions sigue siendo la gran asignatura pendiente para Lautaro. Campeón del mundo, y de América dos veces con Argentina, ha conquistado dos ligas, tres Supercopas y dos Copas en Italia. Pero nunca ha levantado la orejona. “Hemos conseguido llegar en dos años a dos semifinales de la Champions que hacía tiempo que el Inter no llegaba. Pensamos solo en hacer nuestro trabajo, en cumplir el sueño de nuestros seguidores, que es que el Inter juegue otra final de Champions”, añadió el Toro. Su peso en el Inter es incuestionable: la temporada pasada fue Capocannoniere —pichichi— de la Serie A con 24 goles por primera vez desde que llegó en 2018 procedente de Racing Club. “Hoy definitivamente hay un Lautaro más viejo, pero que quiere seguir ganando y jugando finales”, explicó el delantero.
En Argentina ya apuntaba maneras. En las inferiores de Racing lo reconvirtieron en 9, donde firmó 53 goles en 64 partidos. El paso al primer equipo llegó un año después, sustituyendo nada menos que a un ídolo argentino como Diego Milito. “Yo cuando te veía de pequeño en los entrenamientos ya pensaba: ‘Este chico se convertirá en un gran campeón’”, le confesó Milito en una entrevista para Prime Video. No se equivocó. Dos años, 61 partidos y 27 goles después, una llamada entre el vicepresidente del Inter, Javier Zanetti, y el propio Milito, facilitó su fichaje por el conjunto italiano, a pesar del interés de clubes como el Atlético de Madrid. Y del Barcelona.
Ahora, el destino le coloca frente al club que estuvo a punto de ficharlo. Inter y Barça se medirán este miércoles en semifinales de Champions en contextos opuestos. Los azulgranas llegan en plena euforia: líderes en LaLiga y campeones recientes de la Copa del Rey tras vencer al Real Madrid. El Inter, en cambio, aterriza en Montjuïc con dudas: tres derrotas consecutivas, dos en Serie A —que lo relegan al segundo puesto tras el Napoli— y otra dolorosa en la Copa de Italia ante el Milan (0-3), que supuso su eliminación. Además, encadena nueve partidos consecutivos encajando goles. Pero para Hansi Flick, técnico del Barça, la Champions es otra historia: “Es diferente. No importan los partidos anteriores”.
El recuerdo de 2010 aún sobrevuela. Entonces, en semifinales, el Inter de Mourinho silenció al Camp Nou de Guardiola y pasó a la final a pesar de perder por 1-0. Aquella noche, mientras los aspersores rociaban el césped, los italianos celebraban el pase. Aquel Inter pudo frenar a Messi, ahora el objetivo es parar a Lamine. “No tiene comparación, Messi es y será el mejor de todos los tiempos así que no voy a hacer esa comparación. Lamine es un gran jugador , a su corta edad está ganando muchos títulos y es un gran jugador”., aseguró Lautaro en la previa. Luego, en el Santiago Bernabéu, conquistaron su tercera y última Champions con un doblete de Diego Milito. “Este es mi sueño ahora, es la más importante después del Mundial”, le confesó al propio Milito. El primer paso hacia esa gloria pasa por derrotar al Barça. Y él está listo para liderar.
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Source: elpais.com