La India lanza una ofensiva aérea contra “infraestructuras terroristas” en Pakistán

La ya de por sí tensa relación entre India y Pakistán, marcada por décadas de hostilidad y desconfianza, ha alcanzado uno de sus momentos más críticos en más de 20 años. El Ejército indio lanzó esta madrugada una ofensiva aérea contra varias posiciones en territorio pakistaní y en la Cachemira administrada por Islamabad, donde, según Nueva Delhi, se planificó el ataque terrorista contra su país del mes pasado. El bombardeo ha dejado al menos ocho muertos, según Islamabad, decenas de heridos y una cascada de acusaciones cruzadas entre dos vecinos con armamento nuclear y un conflicto territorial enquistado desde hace casi ocho décadas. El primer ministro pakistaní, Shehbaz Sharif, ha asegurado que su país está preparando una respuesta, pero no ha dado más detalles.

Nueva Delhi ha enmarcado el ataque dentro de la llamada Operación Sindoor, como represalia tras el atentado que tuvo lugar en abril en la localidad turística de Pahalgam, en la Cachemira india. 26 turistas hindúes fueron asesinados en un tiroteo reivindicado por el Frente de Resistencia, una organización insurgente vinculada al grupo islamista armado Lashkar-e-Taiba, que la India acusa de recibir apoyo de Islamabad. Pakistán, no obstante, niega cualquier implicación.

“La India ha demostrado una moderación considerable en la selección de objetivos y el método de ejecución”, ha aseverado el Ministerio de Defensa indio en un comunicado. Asimismo, ha especificado que se han atacado nueve instalaciones utilizadas como “infraestructura terrorista” en Pakistán y en el territorio de Jammu y Cachemira “ocupado por Pakistán”, donde, insiste, “se han planeado y dirigido ataques terroristas contra la India”. La nota asegura que se trató de una intervención “medida” y “no provocativa”, que evitó deliberadamente golpear instalaciones militares pakistaníes.

Sin embargo, Islamabad sostiene que han sido seis los puntos bombardeados y todos ellos civiles, incluidas dos mezquitas. Pakistán afirma que los misiles indios han alcanzado tres puntos del país y que su Ejército ha derribado cinco cazas indios, un dato sobre el que Nueva Delhi no se ha pronunciado. Un portavoz militar pakistaní ha informado en la emisora Geo de que, además de los ocho fallecidos, hay 35 heridos y dos personas desaparecidas.

La escalada de tensiones ha sacudido los cimientos de la frágil tregua firmada en 2003 y reafirmada en 2021. El ataque va más allá de la represalia aérea lanzada por la India en 2019, tras la muerte de 40 paramilitares en un atentado suicida en Pulwama, en la Cachemira india, que llevó a la primera incursión área india en territorio paquistaní desde la guerra de 1971. Supera también el alcance del operativo de 2016, cuando comandos indios cruzaron la línea de control para atacar supuestas bases insurgentes tras la muerte de 18 soldados en Uri. A diferencia de esas acciones, la operación actual ha implicado una ofensiva más amplia y coordinada con misiles de largo alcance lanzados desde el espacio aéreo indio para alcanzar objetivos fuera del territorio de Cachemira. Supone, en la práctica, una redefinición de los límites tácitos que ambos países habían respetado desde la firma del alto el fuego en 2003, y reaviva el temor a que se desencadene una espiral de represalias con consecuencias impredecibles.

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