Israel ha matado este jueves al menos a 103 personas en Gaza, según fuentes de los servicios palestinos de defensa civil, en diferentes ataques aéreos en el norte y el sur del territorio palestino ocupado. La localidad con más víctimas es Jan Yunis, donde han perdido la vida al menos 59 personas. Esa ciudad situada en la mitad meridional de la Franja está siendo el blanco de sucesivos bombardeos en los últimos días, que se han recrudecido desde el pasado martes. Ese mismo día, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, inició en Arabia Saudí que no ha incluido a Israel y que concluye este jueves en Emiratos Árabes Unidos.
Entre las víctimas de esta jornada y las registradas el miércoles, más de 80 −entre ellas 22 niños−, los ataques aéreos israelíes han matado a cerca de 200 personas en apenas 48 horas. Esta cifra convierte este jueves en el día más mortífero en Gaza desde la ruptura unilateral del último alto el fuego por parte de Israel el 18 de marzo.
La lista total de muertos en los 19 meses que dura la invasión y ofensiva israelí en la Franja ha superado este jueves los 53.000, según el Ministerio de Sanidad del territorio. Justo cuando los palestinos conmemoran el 77 aniversario de la Nakba (catástrofe en árabe), la huida o expulsión de sus hogares de 750.000 palestinos entre 1947 y 1949, ante el avance de las milicias judías y, posteriormente, del ejército del recién creado Estado de Israel.
Los proyectiles israelíes también han vuelto a abatirse en esta jornada sobre el arrasado campo de refugiados de Yabalia, en el norte del enclave palestino, donde han muerto 13 del centenar largo de víctimas que ha contabilizado hasta ahora la Defensa Civil de Gaza.
Uno de los ataques de las últimas horas ha dejado además fuera de servicio al Hospital Europeo de Jan Yunis, bombardeado por segunda vez en apenas 24 horas, ha informado el Ministerio de Sanidad del territorio.
Después de un primer ataque el martes, el ejército israelí aseguró que, en el subsuelo del hospital, se escondía el nuevo líder de Hamás en la Franja, Mohamed Sinwar, hermano menor de Yahia Sinwar, el dirigente del movimiento que murió en un ataque israelí en la meridional Rafah en octubre. El hospital Europeo era el único que aún prestaba atención médica a los enfermos de cáncer de la Franja, incluidos pacientes pediátricos, después de que las fuerzas israelíes dinamitaran el Hospital de la Amistad Turco-Palestina el pasado 21 de marzo.
El recrudecimiento de la ofensiva israelí de esta semana ha confirmado ese pronóstico. Hamás ha denunciado este jueves “una escalada militar” en Gaza paralela a las negociaciones de esa posible tregua. El movimiento palestino ha acusado en un comunicado a Netanyahu de querer “una guerra sin final” y de ser indiferente a la suerte que puedan correr los rehenes.
“En un momento en que los mediadores están realizando intensos esfuerzos para volver a encarrilar la negociación, la ocupación sionista [como se suele referir a Israel] responde a esos esfuerzos con presión militar sobre civiles inocentes”, dice la nota.
El propio Netanyahu descartó el pasado martes cualquier posibilidad de que Israel ponga fin a su ofensiva, incluso si Hamás liberara a los 58 rehenes, la mayoría ya cadáveres, que siguen en Gaza. Si el grupo entregara a esos cautivos, Israel los aceptaría, recalcó Netanyahu, pero “de ninguna manera” detendría los ataques, aseguró. Luego añadió: “Podemos aceptar un alto el fuego durante cierto tiempo, pero iremos hasta el final”.
El Ejecutivo israelí, el más derechista de la historia del país, insiste en negociar solo la entrega de rehenes por parte de Hamás a cambio de una tregua de 45 días que, en ningún caso, abriría la puerta a la paz ni a la retirada de sus tropas, como reclama el movimiento palestino.
Antes, el día 2 de ese mes, el Gobierno israelí había decretado un bloqueo total de la entrada de ayuda humanitaria en la Franja-incluyendo la comida y los medicamentos- que ha dejado a su población de algo más de 2,2 millones de personas al borde de la hambruna. El argumento de Israel es que Hamás desvía la ayuda humanitaria, algo de lo que no ha ofrecido ninguna prueba ni tampoco ha corroborado ningún organismo internacional u ONG de las que trabajan en Gaza.
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Source: elpais.com