Trump asegura tras hablar con Putin y Zelenski que Rusia y Ucrania van a abrir negociaciones para acabar con la guerra

Ucrania y Rusia comenzarán “de inmediato” negociaciones para un alto el fuego y para acabar la guerra, según ha asegurado este lunes el y poco antes con el líder ucranio, Volodímir Zelenski. Las reuniones para hablar de paz podrían tener lugar en el Vaticano, que ha expresado su interés en ejercer de anfitrión, según ha apuntado Trump en un mensaje en su red social, Truth.

“Rusia y Ucrania están en el camino correcto tras la reanudación de sus conversaciones directas”, ha declarado el líder ruso, que reitera a Trump sus promesas de paz mientras sus bombas caen sobre las ciudades ucranias día tras día y se muestra reacio a aceptar un alto el fuego por el temor a que no pueda hacer capitular a Kiev en el futuro.

Según el presidente estadounidense, Putin está muy interesado en las posibilidades de acuerdos comerciales que, supuestamente, se abrirían tras la paz y serían de un potencial “sin límites” para crear “cantidades enormes de empleos y riqueza”. Ucrania también “puede ser un gran beneficiario del comercio, en el proceso para reconstruir su país”, ha agregado.

Putin ha sido el primero en ofrecer sus conclusiones de este contacto telefónico. “Rusia aboga por una solución pacífica a la crisis ucrania, es necesario identificar los caminos más eficaces hacia la paz”, ha manifestado el dirigente ruso un día después de lanzar 273 drones sobre Ucrania.

La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, confirmó la frustración del mandatario estadounidense ante el estancamiento del proceso. “Se ha ido cansando y frustrando con ambas partes del conflicto”, aseguró la portavoz antes de la llamada. “Ha dejado claras a ambas partes que quiere ver una solución pacífica y un alto el fuego lo antes posible”.

Hasta ahora, Trump se ha mostrado notablemente más favorable hacia las posiciones de Moscú que hacia las de Kiev, algo que hacía temer a los aliados europeos de Ucrania que el estadounidense pudiera llegar con el ruso a un acuerdo que detenga la guerra en unas condiciones inaceptables para el país agredido por Rusia.

Trump había anunciado el sábado que hablaría con Putin y Zelenski este lunes tras el fiasco de las conversaciones de paz la semana pasada en Estambul entre Ucrania y Rusia, que se aplazaron un día, duraron apenas dos horas y se desarrollaron solo entre delegaciones de nivel intermedio. Su único resultado tangible fue el compromiso para el intercambio de un millar de prisioneros por bando, que podría ocurrir esta misma semana, y las promesas de seguir conversando.

Esas conversaciones se habían organizado a sugerencia del propio Putin, que en el último momento decidió no desplazarse a la ciudad turca, entre acusaciones de Ucrania de que Moscú solo había propuesto la cita para ganar tiempo y esquivar las presiones internacionales en favor de un alto el fuego temporal.

Inmediatamente antes de esa sesión de negociaciones, y tras conocerse que Putin no estaría presente, Trump había adelantado que no habría grandes progresos en Estambul y que . El estadounidense no solo evitó criticar a su homólogo por no haberse presentado en las conversaciones, sino que también se mostró comprensivo: aseguró que Putin solo iba a viajar porque pensaba que él también iba a estar en la ciudad turca.

“Creo honestamente que el presidente Putin no sabe cómo salir de esta guerra”, agregó el vicepresidente, que recordó que “dos no pelean si uno no quiere. Sé que el presidente quiere conseguir (la paz), pero si Rusia no quiere conseguirla, vamos a tener que acabar diciendo: esta no es nuestra guerra… si no podemos terminarla, acabaremos diciendo: ¿saben qué? Ha merecido la pena intentarlo, pero no vamos a seguir“.

A lo largo del fin de semana, numerosos líderes europeos han conversado con Trump o Vance para tratar con ellos sobre la guerra, y poner de manifiesto que es Putin, y no Zelenski, quien está poniendo obstáculos para detener la guerra. Trump suele mostrarse siempre mucho más crítico contra el líder ucranio, a quien en febrero abroncó públicamente en el Despacho Oval, que contra el mandatario ruso, a quien describe como alguien “muy inteligente”. El inquilino de la Casa Blanca ha acusado falsamente en diversas ocasiones a Zelenski de haber provocado la guerra, o de ser un “dictador”, mientras que considera que el fracaso del Kremlin en ocupar Ucrania por completo es una “concesión” rusa. Su tono, no obstante, se ha suavizado después de que ambos volvieran a verse las caras durante el funeral por el fallecido papa Francisco en Roma el pasado 26 de abril.

La conversación sin resultados tangibles entre Putin y Trump (al margen de la buena sintonía que dicen tener) ha caído como un jarro de agua fría en Kiev. La oficina de la presidencia de Ucrania transmitió a sus medios públicos una primera valoración de la conversación entre Washington y Moscú: el presidente ruso vuelve a dar largas a la paz al proponer, para aceptar una tregua, que se negocie primero un memorándum de condiciones.

El jefe de Estado ucranio también ha admitido que EE UU no tiene la misma voluntad de presionar a Rusia con nuevos paquetes de sanciones: “EE UU es otra historia. Necesitamos trabajar todos juntos con EE UU”, ha añadido Zelenski, “pero mucho depende de América. Mucho depende para permitir o no que el ejército ruso continúe recibiendo dinero”.

Esta ha sido la tercera llamada entre los dos mandatarios desde que Trump fue investido presidente. Al menos que se hayan hecho públicas. The Washington Post reveló en noviembre del año pasado que Trump mantenía contactos directos con Putin incluso antes de regresar a la Casa Blanca. En su última conversación telefónica del 18 de marzo, los dos dirigentes pactaron un alto el fuego en torno a las infraestructuras energéticas que fue violado desde el primer día.

Putin tienta a Trump con hacer nuevos negocios desde que comenzaron sus negociaciones bilaterales en febrero. Esta vez, el presidente ruso aprovechó su última llamada con el republicano para promocionar el Centro Sirius, un territorio autónomo que fue fundado hace 10 años en el sur de Rusia como supuesto vivero tecnológico y punto de captación de talento. El Kremlin hizo especial énfasis este lunes en que la conversación con Trump tuvo lugar desde esta zona financiada por el Estado para la captación de nuevas empresas.

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